¡Ay! de vosotras.


Estaba con unos amigos cuando vi que se acercaban en grupo, moví el pie para que no siguieran aproximándose, se pararon y empezaron a retroceder a acepción de una. Volví a ahuyentarlas con el movimiento de la pierna, corrieron todas menos ella. Avanzó un poco amenazante, me reí y le dije a mis compañeros - ¡¡Mirad!! Me esta plantado cara-. Otra vez intente que se fuera sonando las palmas.

Lo siguiente que recuerdo eran sus dientes clavándose en mi mano entre los dedos, no llegaba a hacerme sangrar pero dolía. Pensando como deshacerme de ella sin causarme mas daño decidí apretarle la mandíbula contra la pared, hice presión con el pulgar de la derecha sobre el muro hasta oír crujir sus huesos, soltó el bocado. Metí mis índices en su boca y le termine de desgajar la mandíbula. Lo último que recuerdo es como la arrojaba por un agujero de la pared, al lanzarla vi a sus colegas paseando por encima de unas tuberías, allí quedó tendida con la tripa abierta. Mi pensamiento final fue...ahí la tenéis, ¡ay! de aquella que intente plantarme cara.

Seguidamente me desperté con una tranquilidad increíble y me sorprendió que en sueños no me dieran asco las malditas ratas.