Después de todo, querido mío, lo pensé y creo que sí merece la pena que yo publique este poema... ¿No lo crees?
CIELO MÍO
Cielo mío
quiero:
permitir que me abordes
mientras yo me sonrío
porque es lo que yo anhelo;
que comiences el roce
poco a poco en mi sueño;
que tu mano se acerque;
que me quites los lentes;
despeines mi cabello
y acaricies mi frente,
devorando mi cuello,
mis mejillas tañendo,
saboreando mi boca,
mientras me pones loca,
con mi libido ardiendo.
Cielo mío
quiero:
escuchar tus estrofas,
sean poemas o cuentos,
que entramen en tu boca
susurrando a mi oído
en ondas de jadeos,
sin idiomas escritos
sólo con sentimiento.
Matando los fantasmas,
hiriendo los hirientes,
curándonos las almas,
mientras los cuerpos sienten
que no se estima el tiempo
si el amor es intenso.
Cielo mío
quiero:
con mi labios andar
-entre besos y mimos-
las marcas de tu aspecto
ancladas en tu edad,
por fracasos y anhelos,
sintiendo que tu hombría
hará asiento en mi lecho;
mis caderas, mis líneas,
mis poros y mis vellos
develarán secretos,
pues tu vida es mi vida
y mi cuerpo es tu cuerpo.
Cielo mío
quiero:
-mientras mis lomas surcas
recorriendo mi huerto,
vas probando las uvas,
explorando el cerezo
y comiendo el durazno
pues te sientes el dueño-
activar mi volcán
aplacado por años,
para fundir tus ansias
en su lava corriendo,
que son mis propias ganas
y que son mis anhelos.
Quiero:
“quizás me lo permitas”
sentirte muy adentro.
Mila
|