Hoy acompañé a mi anciana madre al consultorio médico, cada dos meses se realiza una analítica para ver que tal anda de salud; la verdad, no lo entiendo, preocuparse a los noventa años...A mí también me obliga a hacérmela, ya ven, tengo sesenta años, llevo con ella toda la vida, tenemos los mismos hábitos ( bueno, ella bebe bastante, yo nada) y cuando nos dan los resultados, la muy hija de puta está sana como una pera y yo, tengo colesterol. Lo hace a posta, para resfregármelo por la cara.
Cuando volvimos a casa llegó Toñi, la asistenta de hogar, una chica encantadora que la muy bruja de mi madre trata a matar, pero es fantástica, nunca tiene un no en la boca. Viene una vez por semana, los lunes, y cuando termina la faena de casa, mientras mamá está en la planta alta tomándose el gin tonic del mediodía, Toñi me besa y me masturba, tarda poco, unos segundos, como nunca he tenido relaciones. Cuando Toñi termina siempre le ofrezco algo de dinero, pero nunca me lo acepta, en realidad no sé si lo hace por caridad o es que mi madre le incluye en su paga la masturbación; desde luego cuando se va y subo a ver mi madre, siempre me dice que me de una ducha, es lo que más me hace sospechar.
No sé como liberarme de ella, por un lado la mataría, pero por otro, no sé, a veces tiene mucha gracia con esos chistes cachondos que le cuentan las amigas, bueno, me despido, ya sube a mi cuarto, no le gusta nada que ande con el internet, me costó tres años convencerla para que lo instalaran, supongo que querrá su masaje de pies de todas las tardes, qué fatiga Dios...
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