las horas se fueron a dormir y el sueño se despabiló,
salio a contar escalones hacia abajo armando margaritas,
hablo con la conciencia sobre fugarse con su esencia.
-"ya no hay lugar para briilar en la oscuridad"-argumentó
nunca se fue pero jamás regreso.
Érase una vez un sueño o un fin que comenzó,
mil palabras mudas escupieron mis labios en silencio
mientras un bichito bolita aplaudia sobre el lunar de su cuello...
Texto agregado el 09-10-2006, y leído por 97
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