Con un lento sopor me adormecen las nostalgias,
de los besos que hoy duermen en tu boca,
del tiempo que hizo falta para morir amando
entre sueños imposibles y melancolías,
de las frases de amor que guardaste en tus bolsillos,
de las promesas que se recogen mansamente al arrullo del olvido
del albergue transitorio que nunca supo de horas infelices,

Me enajenan las nostalgias, desgastadas, transparentes
de tu piel señalada en el exilio de mi realidad,
de las caricias imaginadas , de los besos entre líneas,
de tu pasión insurrecta, renacida en el arco de mis brazos,
viviendo siempre a orillas del miedo

Nostalgias que duelen, que arañan mi piel y mis entrañas
que se ahogan en mi garganta,
que me exigen respirar inviernos
olvidando que fui todas las primaveras

Daniza