Perderme en tu cuerpo es un buen atajo para llegar hasta la locura, hasta el placer prohibido que nos reta a descubrir un nuevo mundo lleno de magias ocultas y de formas sensuales.
Tus manos me guiarán el camino hasta la cumbre de ese lugar, y una vez allí, perderemos el control, desataremos las cadenas, dejaremos volar libre la imaginación y te amaré sin límites. Seré un ser cautivo del placer, no podré huir de tu lado hasta que el día nos devuelva la luz, y hasta ese momento, serás mi único dueño, responsable de mi cuerpo y también de mis deseos. No existirán tapujos, miedos ni temores; seremos amantes por un día, sin explicaciones ni razones. Seremos sólo dos personas que se buscan y que, en medio de la sinrazón, se encuentran ansiosos.
El tiempo no corre. No hay prisa. No tenemos nada ni nadie que nos espere, sólo existimos nosotros dos, nuestras almas, dos corazones latiendo, una sola piel fundiéndose en el más tierno abrazo, la miel se derrite en nuestras miradas…. Mañana seremos los dos de nuevo, pero ya diferentes que hoy, nos quedará la resaca de los besos, y el recuerdo del instante. Nadie sabrá qué ocurre; será un secreto… un secreto que gritamos entre nosotros cuando nuestros ojos vuelvan a cruzarse y nuestras pieles se rocen de nuevo…
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