Usted sabe mi amigo que la necesito, que el mundo no es mundo sin ella.
Le pido que me escuche, que sienta piedad por el ruego de un abatido en el combate del amor, le pido querido amigo que mire por nuestros ojos cuando ella se refleja en ellos y siga el fino hilo lógico que generan nuestros pensamientos cuando su sonrisa lo ilumina todo.
Compañero de aventuras, dueño mi me mejor cariño, entienda que sin ella me invade una sequedad más grande que la del desierto, sepa de mi sed por verla y de mi desesperación por que ella me ame.
Amigo, usted que ha estado en mis mejores momentos, que conoce de mis debilidades y fortalezas, que crea mis oportunidades y es artífice de mis amenazas. Ahora le pido clemencia para este corazón en cenizas, misericordia para este idiota desagradecido.
Mi último pedido es que ordenes al tiempo regresar y detenerse en el segundo en que nuestros labios la besaron. Que imperes sobre la ruina que en mi vive y la transformes en orden de amor.
Haz que olvide mis equivocaciones y yo las reivindicaré, ponle el sello de tu nombre en nuestra historia para que jamás tenga un fin.
Todo esto te pido porque vos más que nadie sabes que mi amor por ella es infinito, eterno, insanable si se quiere.
Juan Pablo, amigo mío, eso es todo lo que le pido tenga a bien complacerme y volveré a latir como el que era.
Siempre suyo, su corazón.