A veces no hace falta escribir lo que se siente, sino decirlo o demostrarlo y esto se aplica a todos los aspectos de la vida en general: amor, salud, felicidades...
¿Por qué no me podré ir de una buena vez de esta cárcel que asfixia el alma y la deteriora tanto que no se puede respirar? No puedo respirar en la oscuridad y las almas emergentes de todo el mundo se contraccionan en un plus de imaginación inerte poblada de abejorros, insectos de inmundo aspecto que abrazan el sismo de las ánimas en el ancho marco de la vida. No sé porque escribo esto pero es de mucho dolor decir que no todo es justo en la vida, a veces, otra vez esa palabra que sale de mis manos que escriben como locas y piden una llamada de auxilio, help, help,help.
Salen de todas partes, son como sanguijuelas que desean chupar mi sangre y la quieren verter sobre el asfalto, crudo y caluroso, de imágenes de todas formas, estoy loco o me estoy volviendo loco por la ceremonia de muchas figuras que no conjeturan en la cima de este monte sagrado. La luna se ríe de mi y las sombras, cada vez mayores amenazan con derribar las colinas de este ancho muro que aún me protege, pero no sé hasta cuando resistiré.
Ruego por mi pobre cuerpo, maltratado por la ausencia de alimentos y agua, y deseo, realmente deseo que todo termine de una buena vez por todas, quiero el fin para este demonio, esta tortura que sale de mis entrañas y se apodera poco a poco de todo lo que me pertenece.
Fuera de los antros de la fantasía, la verdad era un sueño, o el sueño era la verdad de esta fantasía que no podía parar de invitar a tomarse una copa de vino conmigo todas las noches de mi vida...
"Los sueños, sueños son..." (dicho popular). |