¿Me puedes decir cómo tan suave y lentamente,
te instalaste en mi mente?
Por qué apareces como una silueta
en cada uno de mis pensamientos,
y en realidad comienzo a creer
que en realidad soy yo mismo
quien te escondo en cada uno de ellos.

Y quiero agradecerte,
que te asomaras en mis últimos sueños;
porque fuiste tú la que finalmente;
pudo abrir la puerta,
del lado perdido de mi corazón.


Cuídate si es que veo en ti a mi doncella,
a quién ofrendarle todos mis triunfos;
porque ten seguro que el primero de ellos,
será conquistar tu corazón.

Desde el momento en que te vi,
todo este tiempo que ha pasado;
no pasó un sólo día sin tener un pensamiento para ti;
y ahora, que estoy cerca tuyo de nuevo,
es el éxtasis de esta agonía;
entre más me acerco, peor es.

El sólo pensar de no poder estar contigo,
me impide respirar;
estoy atrapado por el beso,
que quizás nunca me darás.

Mi corazón palpita,
esperando que ese beso...
no se convierta en una cicatriz.
Porque estás muy dentro de mi alma... atormentándome.

¿Qué puedo hacer yo?
Pídeme lo que quieras,
que haré mi mejor esfuerzo
para poder salvarnos de la soledad.