PAZ ATEA
revolución mental y un cambio de ideas
Traen nuestras oportunidades en una bandeja de plata,
Vendamos nuestros ojos y escogemos una al azar.
Caminamos con nuestro sentido común buscándonos por un bosque de memorias perdidas, pero es difícil escapar de la realidad.
A veces actuamos sin querer, empero el libre albedrío no esta atado al pecado, nunca hubo una verdad mas falsa.
Esperaremos hasta el límite del sosiego, pero la polarización nos divide y fragmenta.
¿Cuándo muere la falsa paz?
¿Quién tirara la primera piedra?
¿En dónde espera la paz atea?
Paz atea en la oportunidad y vista de todos,
Preconizando a verdaderas civilizaciones.
En civilizaciones primitivas se olvidaron de buscar la verdad y se ciegan, se retrasan voluntariamente y duermen cuidando su oro.
Sus reinos tienen y quieren más poder y riqueza, y esa ambición engendra violencia.
Y es esa violencia un camino seguro hacia la destrucción.
La fantasía de ser dioses los obnubila.
Ese conductor de la sensación más arrastrada se observa en el monoteísmo que imponen.
Cualquier paganismo se paga con el desprecio, la exclusión y la indiferencia.
Tienen las riendas de nuestro destino.
Los políticos y los grupos de poder siempre tienen el control,
Nada digno podemos esperar de ellos si hay intereses petroleros,
Si el fascismo insiste en el dominio del mundo,
Si el imperialismo sigue empeñado en el predominio de sus mercados.
Si a través de la historia siguen latentes problemas fronterizos
Dentro de un enclave étnico o pueblos hermanos separados y enemistados por algún seudo paralelo.
Si el antagonismo racial o religioso crea focos de tensión rompiendo lazos,
Arraigando reivindicaciones territoriales, mitos costumbristas y chauvinismos.
Si sobreviven retrogradas pensamientos e intenciones de expansionismo colonialista.
Si se hace rutina la intervención militar de potencias en países ricos en materia prima.
Si somos testigos y victimas de la segregación, de la discriminación, de la injusticia y las cicatrices que deja.
Si vemos regadas vidas rotas ocasionada por psicópatas, teniendo como escudo humano
A una bandera, ideología, religión o secta.
No escuchemos mas mentiras de los fariseos disfrazando la verdad,
No más guerras digitadas por mentes secuestradas,
No esperemos a quedarnos solos enfrentando la última batalla.
La milicia, el fundamentalismo, el extremismo, el servilismo, la servidumbre, el resentimiento y el odio solapado déjalos en el placard junto a los libros de revolución.
No hay nada mas estùpido y ofensivo que la actitud beligerante.
El daño se los hacen ellos mismos, pues se llevaran el miedo en su abandonismo junto a sus pesados demonios en la conciencia, sin alcanzar el olvido.
La guerra cae como un rayo en medio de la multitud.
Cantaremos himnos antes del genocidio, el carruaje de fuego espera nuestra señal,
Tal vez podamos evitarlo si nos vemos como iguales, en relación univoca con la naturaleza.
Con civilizaciones sin arrogancias, sin hipocresías, sin mentiras, sin supremacías ni dogma (como verdad única existente), cada cual deja una enseñanza, allanemos el camino para alcanzarlas, arándola con la tolerancia y el respeto mutuo. Sembrándola con el pacifismo, con el humanismo y la colateral ciencia: hacia un salto evolutivo.
Paz atea, revolución mental y un cambio de ideas, reafirmando la vida y vetando la revolución armada.
Paz atea, la que el mundo exige que sea, descartando un choque de culturas.
Paz atea, por la que los dioses apuestan sin jerarquía divina.
Jamás hubo utopía más palpable que tactara la raza humana como un soplo de vida.
Paz atea, hacia un nuevo mundo, por el respeto hacia-la, Y-NUESTRA creación.
Paz atea, verdad objetiva que nos envuelve más allá del tiempo y del espacio.
Desatando los nudos gordianos, hechos nuestro cerebro, descentralizando el pensamiento(o al hombre como foco), saldaremos la cuenta con nuestro destino, restauraremos la fractura social y amplificaremos nuestro conocimiento, reconociendo la falacia política y el riesgoso estimulo del ‘factor Dios’.
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