Confieso que he tratado de vivir como un mortal, de entremezclarme en ellos, de ser como uno de ellos, de sentirme y verme como ellos... lo anhelo y lo ansío...
Confieso que hay tardes que me creo uno de ellos, que hay días en los cuales creo que soy feliz como ellos, que me rió con ellos, que comparto con ellos, que creo ser participes de las cosas de ellos…
Confieso que he tratado de ser bueno, que me he esforzado y lo he intentado, que he borrado cada recuerdo, cada pecado de antes. Que he aplacado cada intento o deseo de ser como antes…
Confieso que por más que he tratado, pero no puedo ser como ellos, que por más que lo he ansiado, a veces no puedo sosegar mis deseos, ni mis pensamientos…
Confieso que hay momentos en los cuales preferiría destrozar sus cuellos antes que escucharlos, que elegiría beber el vino de tus labios antes que amarlos, que escogería estar solo agazapado, antes que estar rodeado...
Que anhelo la protección y el frío de la noche, y que todavía odio el embrujo del sol por más que lo he intentado…
Confieso que extraño la tristeza o quizás ella me busca, que aun amo la melancolía en los ojos, y las notas teñidas de rojo...
Que añoro las rapsodias negras y más aun los dulces cantos macabros…
Oh como extraño el silencio de mi cripta!, o los violines de mis recuerdos! Oh Como anhelo tener mis dientes sobre tu hermoso cuello blanco!

Pero ahora es tarde ya elegí el camino de vuelta a la vida, deje de ser un vampiro, deje de ser un espanto...