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EL COSTILLAR DE ROCINANTE
( perspectiva de un héroe con lejano punto de fuga)
14.
Pasamos el día en la aguada fría, al lado del fuego, esperando noticias de Miguel y Urbano que eran los chaqueadores.
El plazo para moverse era hasta las 15 horas, pero Urbano llegó pasada esa hora a avisar que se había llegado a un arroyo y que se veían piquetes, por lo que creía podría llegar a Río Grande. Nos quedamos en el lugar, comiéndonos el último potaje, no queda más que una ración de maní y 3 de mote.
He llegado a los 39 y se acerca inexorablemente una edad que da que pensar sobre mi futuro guerrillero; por ahora estoy “entero”.
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(del “Diario del Che en Bolivia”, fecha 14 de junio de 1967)
Han transcurrido ya 39 años de la muerte del Che, tantos años como los que alcanzó a vivir. Anotaba, en 1992, cuando se cumplieron los 25 años de esa muerte, tan oscura y miserable como gloriosa y paradigmática, que la prensa de izquierda en Chile (El Siglo, Punto Final, entre otras publicaciones) limitaba su visión retrospectiva a unos pocos artículos, fríamente ideológicos, destinados a convencernos de la estricta observancia de la disciplina y estrategia partidista por parte de Guevara, cuando ya en esos años era historia escrita que su aventura guerrillera no contó con las simpatías de Fidel ni de las estructuras oficiales de las sucursales locales americanas del Partido Comunista de la Unión Soviética, en especial, por cierto, del Partido Comunista Boliviano, cuya actitud negativa ante la creación del foco guerrillero ahorra comentarios. Luego de la trágica muerte del Che todos ellos, y, en especial Fidel, corrieron a hacer de él una bandera y un símbolo, y el por ese entonces gigantesco aparato de la propaganda internacional comunista logró hacer de Ernesto Guevara una figura mítica de los años 60 y 70, cuya efigie adornó las cabeceras de millones de adolescentes de todo el mundo, que se identificaron legítimamente con la figura y el ejemplo de este hombre que, a los 39 años, y luego de haber disfrutado del poder y de los privilegios de la revolución triunfante en Cuba, lo dejó todo para ir a morir miserablemente junto con un reducido destacamento de guerrilleros en fuga en una cañada del sur de Bolivia.
No, no logra convencerme la estricta disciplina partidista, ni el consecuente materialismo histórico del Che. Si estas “cualidades” hubieran sido reales, seguramente hoy tendríamos a un individuo de 78 años, ministro de alguna importante cartera en Cuba (en el mejor de los casos. Disidente y preso político o, aún peor, exiliado anticastrista, en el peor), seguro candidato al olvido histórico, y no la estremecedora figura del comandante guerrillero, de cabellos revueltos y marcial mirada, con una estrella en su birrete, inspirador de himnos y canciones, héroe y ejemplo para la juventud inconformista y rebelde de todos los tiempos.
También es cierto que, posiblemente, nuestro continente se habría ahorrado algunos miles de víctimas de la acción revolucionaria y de la respuesta represiva que aquella trajo como consecuencia, brutal y desproporcionada, pero la historia está escrita, y escrita con sangre,y las buenas intenciones no la cambiarán. Al respecto, debemos pensar que no hay esperanzas. Luego de la pacífica rendición y caída de los llamados “socialismos reales” y del sangriento corolario que la humanidad presenció en la descomposición de las antiguas unidades políticas comunistas (URSS, Federación Yugoeslava), y la resurrección de los nacionalismos étnicos, vemos que la historia no se detiene ni tiene fin, como lo quisieran los satisfechos tecnócratas del neoliberalismo, y se sigue escribiendo con la misma tinta.
Ciertamente, para la actual izquierda, incluída la así llamada revolucionaria, o extraparlamentaria, comprometida de lleno y exclusivamente con el “derecho humanismo”, distracción ideológica que, a manera de “trago del estribo” o cóctel de despedida, le ofreció el liberalcapitalismo antes de enviarla al museo de las curiosidades históricas, con su tono “debole”, “light”, “soft”, izquierda feminista, pacifista, libremercadista, y cuyos mayores intereses se centran en el divorcio, el aborto, o la libre y democrática distribución de condones o “píldoras del día después”, el Che resulta más bien un incómodo recuerdo, un peso moral que para algunos se hará insoportable, y al que resulta más fácil olvidar o transformar en insignia, olvidando sus contenidos y exigencias políticas.
Ya en aquellos años, de esa misma izquierda surgieron las críticas de “infantilismo revolucionario”, “romanticismo anárquico”, “aventurerismo voluntarista”, que tan irónicamente comenta Guevara en su Diario, seguramente no sin una secreta amargura y desencanto al comprobar que las virtudes del guerrero no estaban democráticamente distribuidas, y que el hombre nuevo que aspiraba a crear a través de la guerra revolucionaria era más bien, como el unicornio, una especie mitológica. Y, no obstante ello, el Che, con su vida y con su muerte probó, más allá de toda consideración ideológica, que ese hombre podía existir.
3.
….. La radio trajo la noticia de 2 prisioneros: Antonio Domínguez Flores (León) y Orlando Jiménez Bazán (Camba), éste reconoce haber luchado contra el Ejército; aquel dice haberse entregado confiado en la palabra presidencial. Ambos dan abundantes noticias de Fernando (el Che, n.d.a), su enfermedad y todo lo demás, sin contar con lo que habrán hablado y no se publica. Así acaba la historia de dos heroicos guerrilleros.
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(del “Diario del Che en Bolivia”, fecha: 3 de octubre de 1967, cinco días antes del combate del Yuro).
Por otra parte ¿qué tiene que ver este hombre nuevo con el materialismo histórico?. El hombre nuevo al que aspira Guevara, intentando primero fundir el molde en su propia carne, se acerca más, a decir verdad, a Nietzsche y Ernst Jünger, con su énfasis puesto en el individuo y en su experiencia vital, que a la visión clasista y sociológica-economicista de Marx y Engels. Está aquí clara y explícitamente expresado un ideal que, teñido de humanismo, define una suerte de aristocratismo superhumanista revolucionario (obviamente entendido el superhumanismo en el sentido nietzschiano). El guerrillero, vanguardia del pueblo, es, debe ser, moral y humanamente superior a la masa de ese pueblo a la que aspira a redimir. Guevara es un moralista de la política, que gusta de las charlas de campamento, pero también del ejemplo personal, entregado en cada una de sus acciones como guerrillero y revolucionario. Por otra parte, el voluntarismo del comandante se transparenta en más de un párrafo de su Diario. Su deseo de soltar las amarras con la férrea organización del partido se trasluce en variadas ocasiones, como cuando, luego de reunirse con el secretario del PC boliviano, Monje, dice textualmente: “La actitud de Monje puede retardar el desarrollo de un lado pero contribuir por otro, a liberarme de compromisos políticos”. De hecho, la presencia del Che en Bolivia generó una grave perturbación en el seno del partido local. Aquellos que ingresaron a las filas guerrilleras fueron expulsados o bien obligados a renunciar. Significativo resulta el párrafo antes citado, en que se refiere a la liberación de los compromisos políticos.
Analizada en esta perspectiva, la aventura boliviana del Che y sus hombres aparece como una quijotada, guiada por valores que expresan un compromiso con América, contra el imperialismo y a favor de la lucha por las “naciones proletarias”, en el sentido que ya le había dado a esta lucha Corradini, el ideólogo y dirigente del fascismo italiano. Así, el fracaso de esta aventura debe haber sido tanto más doloroso para Guevara, puesto que fue ultimado por un soldado boliviano, el suboficial Terán, que formaba parte de ese mismo pueblo al que intentaba liberar de las garras imperialistas.
3.
Salimos a las 6:30 por la margen izquierda del arroyo caminando hasta las 12 horas, en que se mandó a Benigno y Ricardo de exploración al camino, encontrando un buen lugar para emboscada. A las 13 ocupamos posiciones, Ricardo y yo con un grupo cada uno en el centro, Pombo en un extremo y Miguel, con toda la vanguardia en el punto ideal. A las 14:30 pasó un camión con chanchos que dejamos pasar, a las 16:20 una camioneta con botellas vacías y a las 17 un camión del ejército, el mismo de ayer, con dos soldaditos envueltos en frazadas en la cama del vehículo. No tuve coraje para tirarles y no me funcionó el cerebro lo suficientemente rápido como para detenerlo, lo dejamos pasar. A las 18 levantamos la emboscada y seguimos camino abajo hasta encontrar el arroyo de nuevo. Apenas llegamos pasaron 4 camiones en fila y luego 3 más al parecer sin ejército.
(Del “Diario del Che en Bolivia”, fecha:3 de junio de 1967).
La misma piedad que lleva al Che a perdonarles la vida a los soldaditos del camión es la que le hace decir “….el revolucionario verdadero está guiado por grandes sentimientos de amor….tiene que idealizar ese amor a los pueblos, a las causas más sagradas y hacerlo único, indivisible” (citado por Miguel Orellana B., “Che Guevara, Ayer y Hoy”, El Mercurio, Santiago de Chile, 16 de octubre de 1992, pág. A2). Es una noción de la guerra, si se quiere, romántica, diametralmente opuesta a aquella que hoy permite masacrar a un pueblo mediante el bombardeo masivo y sistemático, o a la del oscuro terrorista anónimo que, sobre seguro, hace estallar una bomba que matará a muchos inocentes. Para el guerrillero, para el revolucionario, la discriminación entre verdaderos amigos y verdaderos enemigos está fuera de discusión. El Che, en su avance por las montañas, cuidará de no perjudicar a los campesinos pobres. Pagará por todo aquello que tome y procurará difundir su mensaje revolucionario entre el campesinado de los pueblos y entre los soldados prisioneros, a los que tratará con todas las consideraciones posibles. Él sabe que ese no es su enemigo. Éste se encuentra entre los altos mandos del corrupto ejército, entre los extranjeros dueños de la riqueza minera, entre los rangers estadounidenses que asesoran al ejército, en las cúpulas gobernantes entregadas al imperialismo.
El Quijote, por otra parte, aparece como un modelo al que el Che admira. Vemos, en su carta de despedida dirigida a sus padres al momento de dejar Cuba, esta identificación con el hidalgo de la Mancha: “Queridos viejos: otra vez siento bajo mis talones el costillar de Rocinante, vuelvo al camino con el adarga al brazo. Hace de esto casi diez años, les escribí otra carta de despedida. Según recuerdo, me lamentaba de no ser mejor soldado y mejor médico. Lo segundo ya no me interesa, soldado no soy tan malo…Puede que ésta sea la definitiva. No la busco, pero está dentro del cálculo lógico. Si es así va un último abrazo. Los he querido mucho, sólo que no he sabido expresar mi cariño, soy extremadamente rígido en mis acciones y creo que a veces no me entendieron. No era fácil entenderme, por otra parte. Créanme, solamente hoy”.
Este hombre joven, este médico argentino que ha abandonado las comodidades de una familia burguesa (la familia del Che formaba parte de la vieja alta burguesía argentina, y algunos de sus parientes próximos, sus primos hermanos, formaron parte de la ultra derecha fascista de fines de los 50 y principios de los 60, estando entre los dirigentes del conocido grupo nacionalista Tacuara) no abandona, ni aún con su marxismo en la mochila, la conciencia de ser un hidalgo. Sus conceptos del honor, de la lealtad y la compasión con el enemigo caído así lo demuestran. Desgraciadamente, sus seguidores de los años 80 y posteriores no supieron o no quisieron entender y asumir esta carga valórica que impregnó la acción del Che. El criminal terrorismo urbano, aunque encubierto en muchos casos tras la efigie de Guevara, en realidad se encontraba en las antípodas de su cosmovisión idealista, y no cabe duda que él lo habría repudiado.
Es probable que Guevara, de haber sido otro el desenlace de la guerrilla en Bolivia, habría seguido un camino muy diverso del que asumió la izquierda revolucionaria en los años posteriores. En esto no se puede más que especular. Pero tal vez él representaba el último bastión de una izquierda nacionalista hispanoamericana que tenía su remoto origen en César Augusto Sandino, y con él pereció una forma de ser de la izquierda que, tal vez, podría haber generado un camino de encuentro con todos aquellos que aún hoy anhelan una América libre de la opresión imperialista. Su solitaria muerte, sus anotaciones, su actitud irónica frente a las hipócritas declaraciones de los partidos comunistas americanos y europeos nos lleva a pensarlo.
8.
Un diario de Budapest critica al Che Guevara, figura patética, y al parecer irresponsable y saluda la actitud marxista del partido chileno que toma actitudes prácticas frente a la práctica. Como me gustaría llegar al poder nada más que para desenmascarar cobardes y lacayos de toda ralea y refregarles en el hocico sus cochinadas.
(Del “Diario del Che en Bolivia”, fecha 8 de septiembre de 1967).
Desde la profunda distancia política y filosófica que me separa del Che Guevara no puedo menos que saludar a este héroe de una causa hoy perdida y en retirada en todos los rincones del planeta. Pero los héroes no mueren por causas triunfadoras. El héroe enfrenta su destino sin tomar en cuenta la conveniencia o la utilidad. Y el heroísmo es valioso, de dondequiera que proceda, porque ayuda al hombre común a elevarse de su miserable condición de criatura terrestre y a entender que existe un camino para ser “más que hombres”. Algunos podrán decir “non poema, sed causa facit martyrem”, intimidando a ingenuos y sentimentales a no fiarse de falsos mitos, invitándolos a señalar, con visión crítica y más allá del chispeante polvo del heroísmo, la barbarie de la causa servida por el Che y el tenor de los modelos sociales que él quería ver aplicados en los países que buscaba “liberar”. Pero, nuevamente, mi voz quedó fuera del coro, aunque sé bien que, con rigor histórico, también habría que sondear en el “dark side” del Comandante Guevara…..¿Era realmente la suya una “entrañable transparencia”, como reza una bella canción compuesta para su muerte, repetida en tantas guitarras en los pasillos de las facultades y que también conquistó a muchos “del otro lado”?. En fin, de qué “lado”. Pero tampoco escribieron bellas páginas los paras franceses en Argelia o los mercenarios de la Unión Minera en el Congo, los que, tal vez, a su manera, como el Che a la suya, defendían una realidad más elevada que los intereses de alguna sociedad por acciones. Por otra parte, conozco la conclusión de los sagaces y maduros cultores de la razón política: estar de aquí o de allá. ¿Eres de izquierda? Entonces cómete la barbarie estalinista y soporta el paredón de Castro, un precio relativamente bajo para la liberación de la humanidad de sus cadenas. ¿Eres de derecha? Métete entonces en la cabeza que los gorilas que mataron al Che y que se fotografiaron triunfantes junto a su cadáver no eran más que vulgares carniceros, pero que defendían tu propia libertad, tal como lo hacían los yankees groseros en Vietnam, luchando contra el heroico Vietcong.
“Cuándo llegué al aula, el Che se incorporó y me dijo:”…Usted ha venido a matarme”.
Yo me sentí cohibido y bajé la cabeza sin responder. “¿Qué han dicho los otros?” me preguntó.
Le respondí que nada.
No me atrevía a disparar. En ese momento vi al Che muy grande, enorme. Sus ojos brillaban intensamente. Sentí que se me echaba encima y me dio un mareo.
-Póngase sereno –me dijo- Apunte bien.
Entonces dí un paso hacia atrás, hacia la puerta, cerré los ojos y disparé la primera ráfaga.
El Che, con las piernas destrozadas, cayó al suelo, se contorsionó y comenzó a perder muchísima sangre. Yo recobré el ánimo y disparé la segunda ráfaga, que lo alcanzó en un brazo, en un hombro y finalmente en el corazón:”
(Relato del suboficial Terán a Antonio Arguedas, ex ministro de gobierno, en versión dada a Prensa Latina)
¡Elige, caramba, de qué parte estar! ¡Razona en términos políticos de una vez por todas, en vez de elegir sobre la base de la ética o la estética!. De otro modo continuarás coleccionando falsos mitos y auténticas derrotas. El aventurero combate siempre contra molinos de viento; su verdadero objetivo, su profunda verdad, es la nada. Así terminan los guerreros homéricos, los caballeros del rey Arturo, los samurais y los “proscritos” de Von Salomon. El caballo de don Quijote no lleva a ninguna parte.
Sé bien que el desencanto es un gran maestro de la verdad histórica. Quizás las cosas son como los sagaces y maduros cultores de la razón política sugieren: no es Lawrence de Arabia, sino el desierto, lo que amamos; no es el Che, sino el mar de banderas rojas; en el fondo subsiste el “bello reclamo de las ideas por las cuales se muere”, como recitaba ese decálogo nihilista que era el Manifiesto Futurista.
Todo esto es quizás verdad. No obstante, las dudas de mi imperfecto y mortecino cristianismo me han hecho siempre acercar la Nada a la Cruz, y desde el viernes hasta el domingo de la Semana Santa me vengo repitiendo, cada año desde que comencé a creer que entendía, que el nuestro es un Dios de la derrota.
No alcanzo a pensar en las cárceles castristas, no sé concentrarme en el fracaso de la economía cubana; me vienen a la mente las famélicas muchedumbres del tercer mundo,los condenados de la tierra, los verdaderos pobres que a mis ojos de cristiano –si pudiera de verdad serlo- deberían ser tan bellos como bella aparecía Doña Dulcinea del Toboso, la encantadora doncella, al Ingenioso Hidalgo. Como señala Miguel Orellana B. en el artículo ya citado, el combate del Che fue motivado por “una exacerbada sensibilidad frente al sufrimiento humano, tanto aquel que importa a nivel individual la condición paupérrima de grandes sectores de la población, como aquel que representa la impotencia de los estados débiles frente a los estados fuertes”. Es probable que el Che haya errado al creer que su ideal de hombre y de sociedad se realizaría a través del marxismo leninismo (no pequeño error si lo analizamos con la perspectiva de 39 años de historia transcurrida). Pero también es probable que su evolución vital y política lo hubiera llevado más allá de las fronteras rígidas y burocráticas del aparato comunista. Y no cabe duda que esa evolución no habría seguido la tendencia de la “izquierda caviar” hoy dominante, de esa izquierda para ricos que ya hace tiempo viene mostrando impúdicamente sus vergüenzas en Europa y América. La vía del socialismo heroico, del socialismo americano, libre de contaminación neoliberal y libremercadista, arraigada en nuestra historia, en nuestras tradiciones políticas y sociales y en nuestra identidad continental, sigue siendo una vía aún no transitada. Quizás esa vía pasaba por la cañada del Yuro. Quizás en esas tierras sí moraba Dulcinea. Y por salvar a esa doncella del encantamiento capitalista fue que Ernesto Guevara de la Serna ensilló el caballo de Don Quijote. Veleidoso fracasado, revolucionario frustrado, dirán algunos, quizás muchos, y quien no lo dice tal vez lo piensa, y tal vez tienen razón. Pero no son éstas, en la cuenta final, las cosas que de veras importan. Hasta siempre, Comandante.
“Encontrar la fórmula para perpetuar en la vida cotidiana el comportamiento heroico de la guerrilla es…….una de nuestras tareas fundamentales”.
ERNESTO “CHE” GUEVARA
“Todos los hombres sueñan, pero no en la misma forma. Aquellos que sueñan de noche en los polvorientos rincones de su mente, despiertan al día para darse cuenta que todo fue vanidad. En cambio, los soñadores despiertos son hombres peligrosos, porque ellos sueñan con los ojos abiertos para poder lograr sus sueños”.
T.E. LAWRENCE (“Los Siete Pilares de la Sabiduría”).
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Texto agregado el 03-10-2006, y leído por 1382
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Lectores Opinan |
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24-10-2006 |
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Y pensar que en el seno de una familia de alta alcurnia argentina, los Guevara de La Serna -y me desayuné entre tus líneas sabiendo que familiares de ultra derecha fueron sus parientes- iba a nacer el muchacho que estudió medicina para poder luchar contra la implacable disnea, que con su pensamiento y convicciones marcó la historia de Latinoamérica y la memoria de los jóvenes del mundo, me digo entonces que algo más que la irreverencia hacia su propia clase encendió el espíritu del Che Guevara, que tal vez si los neoliberales del mundo no hubiesen tenido el capital para hacer de la guerra su mayor arma con qué acallar todo, mayor se nos hubiera aparecido su figura con Cristo, porque también a Cristo lo han tergiversado ninguneando la guerrilla de las catacumbas; por lo que Che Guevara es uno de esos hombres destinados creo yo a trascender sus propios pensamientos políticos, y tu análisis es elocuente al respecto; eso lo encontré notable, tu capacidad de sostener hipótesis acerca de quién habría sido Che Guevara de haber la historia devenido a su favor o de otra manera; la metáfora referente al costillar de Rocinante me comovió al leerla, porque como tratas el sino de los héroes al hablar de la nada como fin, yo eso lo entiendo como la empresa mayor de trastocar la realidad de la vida, el tiempo-espacio, y no quedarse en el mero armisticio de la literatura, como uno que es un pobre huevón. Quilapan |
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22-10-2006 |
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Estimado Kucho, regreso a tu texto una vez que llegaste de Cuba, y eso ya es una cosa importante, alguna vez te comenté que tengo un padre, ya muerto, que en sus años mozos fue parte del nacionalsocialismo chileno mas tarde en plena represion contra los comunistas en los años de Ibañez ingresó al PC de este pais y respeté su accionar en ambas partes, no en relacion a lo que hizo el nacismo chileno sino al derecho de cada cual de equivocarse y enmendar en un instante el rumbo, mucho se podría hablar de Che, para retornar a larelaidad del movmiento revolucionario de esa epca, habría que ubicarse en los sesenta y rehacer una odiosa Discusion en la que nos sumergimos los revlucionarios de esos años, ¿Dieron vuelta la espalda al Che en esos años? reo que cada partido tiene y tenía el pleno derecho a la discusion del tema, los chilenos tuvimos una opinion diferente y esa opinion fue victoria el 4 de septiembre del 70, con los otros revolucionarios chilenos no supimos defender ese gobierno y es nuestro principal pecado.
¿era justo que se impusiera una manera de combatir para el triunfo? NO, y los comunistas chilenos no nos equivocamos, eramos el rumbo depues eso si.
Che murio en combate, Allende murio en combate, dos ejemplos de hombres comprometidos con los pueblos del mundo. Y que realizaron su actividad revolucionaria de una manera diferente, ninguna invalidaba a la otra. curiche |
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16-10-2006 |
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¡Cuánto respeto por sus enemigos tiene un hombre noble! y ese respeto es ya un puente hacia el amor... ¡El hombre noble reclama para sí un enemigo como una distinción suya. No soporta, en efecto, ningún otro enemigo que aquel en el que no hay nada que despreciar y sí muchísimo que honrar! ...
En este acierto de Nietzsche (Genealogía de la Moral) se basa el celoso texto,...“El costillar de Rocinante” de José Agustín Vásquez...y explica en buena parte las fantasías de emulación que genera la figura del Che en idearios o mundos políticos frontalmente distintos pues sólo en él son visibles las cualidades que reinterpretan el yo soberano... Esa silueta que merece desde la visión gallarda y principal, exultante de nobleza casi sacerdotal, la mayor de las admiraciones y al mismo tiempo el desprecio ciego de los infames, indignos pesimistas o mezquinos descreídos.
El gustillo bochornoso que se dan algunos para reinterpretar la epopeya o vía crucis, locura o como quiera llamársele a la expedición boliviana del Che, extirpándolo de los principios de la izquierda y que delinearon cada una de las acciones del comandante es algo que no se le puede conceder a ese texto lleno de reinterpretaciones asertivas, acertadas y también antojadizas. Ese texto es de intuitiva lucidez clarividente y sutil manipulación.
Hasta allí llega este comentario
que continuará en mi página, del tenor que corresponde a este ensayo BenHur |
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16-10-2006 |
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Cucho, da un poco de susto hacer un comentario, como te lo manifesté anteriormente, más aún viendo que cada comentario que te hacen son verdaderos manifiestos. Te parecerá liviano, pero yo quisiera rescatar que todas las posturas pueden ser válidas, así como las apreciaciones ante hechos o personajes históricos que han tenido influencia o relevancia. Creo que es la única forma de aprender y de formarse su propia idea. Me gusta que lo hagas y con la altura que lo haces. Mis estrellas, Cucha anemona_ |
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13-10-2006 |
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OPINA JORGE ABARCA:tE agradeZCO, que me hayas enviado, esa maravillosa reflexión del Kucho, una perspectiva del Che latente, pero ha explicitado magistralmente. Cualquier error que pudiera existir desde el punto de vista filosófico o político, no aminora en lo más mínimo, a mi modo de ver, la tremenda verdad que está contenida en esas páginas....(No hay de que) BenHur |
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09-10-2006 |
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Kucho: de ninguna manera puedo estar de acuerdo con tu visión del Che y su concepción de la historia y de la guerra de guerrillas como parte importante de la lucha por el poder. El CHE no fue un aventurero, y aún admitiendo que pueda discreparse sobre aciertos y/o errores en la lucha en Bolivia, no es menos cierto que de no haber sobrevivido (casi milagrosamente) esos pocos revolucionarios cubanos que pudieron escapar del desastre militar luego del desembarco del Granma, seguramente otra sería la historia que se contaría del Ejército Rebelde, Fidel y el Che, entre otros. Es que todos analizamos desde los hechos consumados y por eso las visiones a veces son deformantes. Coincido en que los PC latinoamericanos le dieron la espalda a los movimientos revolucionarios delos 60/70, pero eso tenía que ver, no sólo con una posición acorde a la "quietud" pregonada por las usinas stalinistas, sino también a la comodidad burguesa de la que sus dirigentes gozaban. Esta postura es más acentuada en algunos que en otros. Por ejemplo, el PC argentino fue de los más vergonzantes, sin ninguna duda, cometiendo traición tras traición, lo que llevó a que se convirtiera en un partido de desclasados y ciegos políticos, más allá de las virtudes y de la honestidad de sus militantes de base. No podría haber llegado el Che a Bolivia sin el apoyo del gobierno cubano, pero no podemos ser tan necios: el estado cubano ya demasiado tenía con defenderse de las agresiones y tironeos que sufría desde tantos lados, como para verse involucrado en semejante intromisión en la política interna de otro país. Eso no puede dejar de analizarse, y en el pretendido "abandono" de Fidel, jamas se toma en cuenta: el Che era un ex funcionario de un Estado que ingresaba a hacer la guerra en otro Estado. Es de locos sugerir que el gobierno cubano debiera haber dado más apoyo al Che. Esas eran las condiciones, y el Che las conocía, de la guerra en Bolivia, a la que llega gracias al apoyo material, logístico y económico cubano. No quiero extenderme en este comentario que sería larguísimo (tal vez intente hacerlo desde otro texto), pero quiero detenerme en este párrafo: "También es cierto que, posiblemente, nuestro continente se habría ahorrado algunos miles de víctimas de la acción revolucionaria y de la respuesta represiva que aquella trajo como consecuencia, brutal y desproporcionada, pero la historia está escrita, y escrita con sangre,y las buenas intenciones no la cambiarán". Me parece TERRIBLE y producto de un análisis muy superficial de la historia. Los procesos revolucionarios latinoamericanos fueron producto de una realidad histórica innegable, de la que CUBA y la experiencia guevarista no son sino una parte. Claro que la victoria del 59 fue un gran empujón, pero ese proceso es hijo de las luchas por la justicia social que se venían dando en América desde años antes. Fijate Lucho; el Che llega a México, donde conoce a Fidel y su grupo, luego de escaparse milagrosamente de la bárbara represión desatada en Guatemala a partir del derrocamiento del gobierno constitucional de Jacobo Arbens del que él formó parte aunque desde posiciones muy secundarias. La REPRESIÓN en nuestro continente no tuvo que ver con las guerrillas, tuvo que ver con una ofensiva de las burguesías para recuperar un lugar que venía siendo jaqueado por los pueblos movilizados. Esa ofensiva burguesa fue la que desencadenó las distintas olas de dictaduras que lograron imponer, luego de miles de asesinatos, los modelos neoliberales que hoy hambrean a millones de personas. Y LAS VÍCTIMAS DEL HAMBRE NO LAS CUENTAS KUCHO ??? Es al revés, querido amigo: los MUERTOS REVOLUCIONARIOS, intentaron frenar a costa de sus vidas, las MASACRES DIARIAS SILENCIOSAS que sufre nuestra América. Qué ejemplo más grande tenés que el de Chile !!! donde el Gobierno Popular llega al poder desde las armas burguesas y "civilizadas" del VOTO y es MASACRADO, Gobierno y Pueblo, por ese combo siniestro que padecemos desde hace décadas entre Imperialismo Yanqui y ejércitos corruptos y asesinos. Qué mejor ejemplo que ese para entender que la REPRESIÓN no apuntó a las guerrillas sino a quienes obstaculizaban los proyectos económicos de los poderosos. Lee las listas de los DESAPARECIDOS ARGENTINOS, KUCHO. Son miles de DIRIGENTES OBREROS, ESTUDIANTES, ARTISTAS, MAESTROS, PERIODISTAS !!! Luchadores, por supuesto ! Debieron borrar a lo más valioso de la dirigencia popular para que la Dictadura siente las bases de una política de entrega absoluta al capital extranjero, coronada años después por el HIJO DE MIL PUTAS de CARLITOS MENEM !!!
Otras tantas cosas tendría para decirte Kucho, y tal vez más adelante pueda hacértelas llegar en forma más ordenada. UN GRAN ABRAZO!!! elnegropablo |
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06-10-2006 |
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Me vas a perdonar que no haya leído completo el texto, ya que en los primeros párrafos ¡¡¡Primerísimos párrafos!!! Queda claro, con todo el derroche posterior de explicaciones, el contenido y la conclusión final. Mira te voy a decir una cosa solamente, solamente una: el Ché no ha muerto, vive todavía ¿Sabes dónde? En la Revolución Cubana, y en todos aquellos hombres y mujeres capaces de espantar a "la Sombra", que todavía continúa. Confundir la Guerra fría, con la emboscada en Bolivia al Ché Guevara, es mezclar las churras con las merinas, en política. Una Latinoamérica Socialista está clarísimo que no le interesa a "la Sombra", y ya se ha ocupado "la Sombra" de bombardear todos los palacios presidenciales en los que pudiera germinar ese movimiento social y humanitario en Latinoamérica. Tampoco mezclemos a la Unión Soviética con Cuba, porque tienen tantas diferencias sociopolíticas, económicas, greográficas, geopolíticas en una palabra como su propia climatología. Espero que ese viaje a la Isla te abra nuevos espacios críticos fundados en realidades y abandones esa retórica manipulada por "la Sombra". A nadie más que a la "Sombra" le interesa los mitos ese tipo de desviaciones para convertir en fetiche el proyecto Socialista. Pero el Che Guevara no es un mito, Kucho, como tampoco lo son todos los hombres y mujeres, chilenos, argentinos, bolivianos,cubanos,nicaragüenses, colombianos etc... que luchar por construir una nueva cultura de la Vida sumando voluntades a nivel local, regional y mundial. Porque la peor de todas las utopias es no tener utopías. maravillas |
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05-10-2006 |
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Excelente reflexión. Un entramado de preguntas sin respuesta, un tal vez sin fin. Y el Che... que sigue pulsando sus latidos y gritando desde el polvo "estoy vivo". lilianazwe |
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04-10-2006 |
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A texto largo, comentario largo, de manera, que allá vamos.Lo he leido tres veces y el tema dá para un debate para el que no estoy suficientemente preparado. El Ché!! Mito que a fuerza de convertirlo en mito, se ha agrandado. Es muy arriesgado opinar puesto que se corre el riesgo de no ser interpretado con la razón, si no con la pasión. Me niego, me he negado siempre a ser lo que pudieramos bautizar como " adorador de mitos porque la masa los adora ". Por tanto no adoro al Ché. Tampoco es un personaje que despierte en mi especial interés. Lo an hecho icono inmune a ser cuestionado sin que ese cuestionamiento te sitúe automáticamente en la extrema derecha. Craso error, pero así es. Creo, sinceramente, que se ha sobrevalorado al personaje porque ha muerto. Esa consabida historia de robar a los ricos para dar a los pobres, es ya muy vieja. Se podría aplicar, por poner un ejemplo, a Pablo Escobar. Otro héroe según para quien.En fin, dejo aqui mi comentario y si tuviera que escoger una parte de este erudito y serio relato, sería esta : " ¡Elige, caramba, de qué parte estar! ¡Razona en términos políticos de una vez por todas, en vez de elegir sobre la base de la ética o la estética!. De otro modo continuarás coleccionando falsos mitos y auténticas derrotas. El aventurero combate siempre contra molinos de viento; su verdadero objetivo, su profunda verdad, es la nada. Así terminan los guerreros homéricos, los caballeros del rey Arturo, los samurais y los “proscritos” de Von Salomon. El caballo de don Quijote no lleva a ninguna parte." Por supuesto, mi comentario, incompleto, admite discrepancias. Discrepar no es delito...según donde.+++++ crazymouse |
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03-10-2006 |
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Hoy regreso a leer tu ensayo, es unamirada importante de alguien que como dices en algunos de tus textos no forma parte de las izquierdas latinoamericanas, no es un ensayo odioso, como suelen abundar, yo si, formé parte organica y activa de la izquierda chilena, antes del 67 y durante los años de dictadura tambien, y soy parte de esa izquierda que no compartió con el Che su concepcion de "Foco" ¿No se si tuvo o no la razón, lo que si su muerte es una de las grades tragedias de ua epoca en que la discusion y caminos que tomaron los movimientos izquierdistas fue tan diverso, dede el hecho de que en mi propio país, se dio un triunfo no visto aun en el planeta, por lo mismo tan combatida por el imperio, y esta experiencia fallida por no haber sabido defender lo conquistado, sigue en pie, lo mismo que la tesis de Che no es ajena a la izquierda.
Fue uno de los grandes hombres dignos.
Gracias Kucho por compartir este estudio que no puedo no decir que es un buen y objetivo analisis, objetivo desde la vision que tu tienes y aun estando en el otro lado nunca hay en lo que dices agresion alguna y lo agradezco
*****, mas la de la boina de che curiche |
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