Querido Franz
(Inspirado (como otros) en la visión de Kafka)
... de repente sentía como una extraña euforia, la inundaba, la felicidad y el cobijo iban de la mano en su vida. El sol resplandecía, oía el sonido de sus pasos, sentía su respiración y por una vez, todo cobraba sentido.
Era como volar sobre el mar, y luego sumergirse en el, sintiendo como las apacibles y delicadas olas acariciaban su piel desnuda. Los peces la acompañaban. Hasta que se topo con una piedra lo que velozmente le recordó algo, cual deyabu irracional que atormentaba su alma. Veía a un hombre, y entonces todo se desvanecía. Sus agallas ahora no funcionaban como antes...
Bajo la puerta, su padre, causante descomunal de un mar de inercias (¿mar?).Engalanado, irónico y triunfante, camina sigiloso, midiendo cada uno de sus pasos, ni más, ni menos. Se sienta sobre un sofá, y ordena, respira todo el aire del universo y luego lo bota como si nada, pronuncia con voz tronadora palabras que ni el entiende. Sus zapatos rotos ya no le importan, al fin y al cabo ya volvió a casa y nadie mas los vera y por lo tanto no pasara vergüenzas, no tendrá que repetir, el porque de su estado.
Un extraño movimiento invadía totalmente la casa, los muros se agrietaban, mi padre se cayó por uno de ellos. Mi madre aun con el plato de comida en la mano empezó a caer en un profundo sueño y su mirar reflejaba una chispeante tranquilidad.
Siento como me elevo. La casa se inunda rápidamente, las paredes se han caído, los muebles flotan, sigo volando, un extraño chillido atormenta a mis tímpanos, estridentes rugidos y golpes dominan mi cabeza, ya el agua me alcanza...
Imágenes extrañas aparecen en mi cabeza y el sonido no cesa.
Siento como empiezo a descender como algo frío consume mi pecho...
Suena el despertador.
Buenos días.
Jocelin, soñé algo tan extraño, soñé que era un pez que soñaba tener un padre humano y...
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