Tienen razón, la realidad es un fiasco. Entonces porque levantare por las mañanas?
Nos cuesta reconocer que hay algo más grande que nos mueve, tanto como nos cuesta reconocernos débiles incluso para aceptar nuestra propia soledad, la misma que causa tanta polémica desde hace un tiempo, que ha ido calando en nuestras vidas, hasta llegar a instalarse como una herida endógena.
El dolor llega sin aviso, para los más afortunados, ya que hay heridas que se dejan caer con una lentitud exasperante, con gritos que avisan desde el cielo , y aquellos que sufren de estas, merecen aun más compasión. ¡¿Y como vamos a llorar?! Nos bombardean de que seria estúpido e inútil, más aún si son lagrimas de sangre, imposible!, cuando en el fondo esas son las únicas que arrastran con ellas los rescoldos del alma.
Y si el remedio para tu herida no es el consumo ni la adicción, estamos perdidos!, el consumo es la madrastra de nuestra sociedad, hace un tiempo, huérfana de verdades, hueca de nuestros huecos corazones, que por suerte y sin nuestro consentimiento, se niegan a aceptar, porque su naturaleza no es la mentira. Pero tranquilos, nos tienen bien domados y se les hace fácil acallar la más leve de nuestras inconscientes sublevaciones.
Lo mas probable es que surja la duda ¿cómo es posible que en un mundo demócrata y con por lo menos una religión que promete felicidad por individuo existan tantos seres sufrientes y sangrantes?
El tiempo pasa, ya han pasado muchos años y la solución solo parece alejarse, la realidad de nos estrecha, las sorpresas disminuyen y el estancamiento de los sentidos hecha raíces en nuestros niños.
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