- Suerte.- dijo él, sentado en la vereda de la vacía calle, mirándola.
- Gracias.- dijo ella mirando al cielo, decidida.
Uno de los postes emitía un zumbido. Miles de polillas revoloteaban alrededor.
Ella empezó a caminar, siempre por la mitad de la gran avenida.
Miraba decidida hacia adelante.
- Oye.- dijo él- ¿Algún día volverás?
La oscuridad de un cielo sin estrellas. Ella seguía caminando.
- Oye.
El zumbido del poste creció hasta hacerse insoportable.
- Tú sabes que yo te quise mucho.
Una lágrima cayó por el rostro de ella. Seguía caminando, sin mirar hacia atrás.
El zumbido lo abarcaba todo.
Texto agregado el 25-01-2004, y leído por 217
visitantes. (1 voto)
Lectores Opinan
11-02-2004
Muchas gracias por el comentario...y de nada por lo de los textos
=) andres_fritz
01-02-2004
Me gusto! y aunque las despedidas siempre son tristes, lo bueno es que existen nuevos comenzos. Oye! GRACIAS por hacerme caer en cuenta que puse mal mis textos pero ya los corregí, espero tengas toempo y me leas. GRACIAS DE NUEVO joysma
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