Es en esos días, cuando te levantas, te miras al espejo y no te gusta lo que ves.
Crees que no eres nada, ni nadie; y TODO es en realidad lo que eres.
Porque soy todo…… y nada.
Siempre y nunca la misma.
Parte de todos y de todos ya llevo una parte.
Contradicciones… divinas contradicciones, es de eso y no de otra cosa, de lo que estamos hechos.
Lo que nos acompaña todos los días, y me pregunto porque digo que sí, cuando en realidad quiero decir que no.
Porque será que cuando doy un rotundo NO, el SÏ me carcome las entrañas.
Pero muy en el fondo de mi ser, de nuestro ser, se que disfrutamos de estas contradicciones.
No es masoquismo, pero estamos hechos de mentiras, de sufrimiento y de crueldad, que contradicen todas nuestras palabras, nuestras acciones. Nos hace ser humanos.
Por lo menos yo ya lo he aceptado, sé lo que llevo dentro.
¿Y sabes qué?
No pienso hacer nada para cambiarlo.
En este día, que me he levantado, por primera vez en años me miré al espejo.
Sé que no me gusta lo que vi porque no me reconozco en ese reflejo, esa no soy yo… ¡¡¡Ni lo seré!!!
Es tan abstracta mi imagen en el espejo, me hace comprender y recordar porqué deje de mirarme en él desde hace tanto tiempo.
Porque todo y nada no caben en un reflejo.
Solo lleno instantes en esta vida.
Debo haber envejecido, aunque siento que vuelvo a mi juventud.
La luz se me va... se apaga poco a poco... y vuelvo a ser infantil.
Recuerdo el sonido del tren.
El canto del gallo al amanecer...
Pero de ese romanticismo ya no me queda nada... y se que yo misma acabe con él.
Hoy es mí cumpleaños… solo le he dado una vuelta mas al circuito y vuelvo a empezar…
La cuenta desde el principio…y volver… a comenzar.
¿O será mi cuenta regresiva?
Tú dices que me hago más vieja… pero me hago más niña
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