- De mi boca no saldrán más que tonterías para el que me sienta como silbido, sólo el que se adiestre a cabalidad en el arte de la audición podrá percibir las melodías que únicamente en mí se escuchan.
La soberbia:
- De soberbia pecas hermano mío y en demasía.
El viento:
- ¿Porqué lo dices?
Y tú mismo hablando de soberbia.
La soberbia:
- Querido viento careces de ojos.
Y tú, al ser puro sonido y ausencia, haz dejado de notar que en cada ser en que por él fluido corra, la misma música que tú dices profesar se hará presente, tal como tú en cada una de tus brisas.
(…)
Texto agregado el 30-09-2006, y leído por 257
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