Aristas Caí. Caí como caen viejos pinos a la herida implacable de las hachas. Gemí. Gemí con la cabeza gacha ensayando la vida en otro sino. Lloré. Lloré con savia repartida en tierras nuevas, piedras y rastrojos. Grité. Grité con sombras en los ojos restañando el dolor de antigua herida. Busco templanza en el amor preciso. Intento fortaleza en hombro amado. Con prudencia percibo la caricia. A tientas y confiando voy forjando, pretendiendo intuir en cada atajo la serena equidad de la justicia.
Texto agregado el 30-09-2006, y leído por 380 visitantes. (9 votos)