He conocido el dolor mientras habría mis brazos en un mundo de equívocos y aciertos. He sentido la piel herida, el corazón quebrado. He podido ver que todo un mundo de sombras se pone en las mentes de cada persona. Es una cola muy larga. Muchas veces me dan ganas de seguirla, pero mi corazón reclama lo suyo, y lo suyo es la existencia que va al compás de mi aliento, la armonía de vida.
Ya herido, ya alegre, ya agotado de un mundo en movimiento, he cerrado las puertas del mundo y he visto, sentido, en el fondo de mi oscuridad e ignorancia, a un ser lleno de paz buscándome. A lo lejos nos hemos llamado, gritado, en un cuarto sin paredes ni puertas ni ventanas. He sentido sus pasos acercándoseme más y más. Nos hemos visto cara a cara y era mi propio rostro sin piel ni ojos ni nada, tan solo un sentimiento que abrazaba toda mi alma, llenándome de paz, tan sólo de paz... He entendido que toda riqueza y eternidad se halla dentro de uno mismo...
He abierto los ojos y he sentido amor, bondad por mi mismo y por todo aquel que pasa a través de esta existencia. Soy un ser lleno de paz, amor, bondad y algo mas que importante, soy un ser de verdad.
Vivencias que uno como yo riega por esta página en blanco con el solo fin de expresar lo que siente. Es tan hermoso sentir y compartir lo que se siente. El corazón se hincha hasta reventar en alegría, como esos fuegos artificiales, en una constelación de estrellas que van y vienen girando alrededor de uno mismo...
Palabra de paz...
San isidro, septiembre de 2006 |