Charlábamos de gramática y lírica contemporánea, en un bar amateur no muy popular por la ciudad. Bebíamos vino barato sentados cómodamente en un angosto sofá de percal, manchado con restos de cigarrillos. El retorno de simón con su peculiar porte de muchacho intelectual no inspiraba un cortejo de esa calaña; pero tenia algunos problemas con el alcohol.
Simón, empezó a hablar de sus experiencias en Cajamarca, evadiendo el tema principal, no obstante, detuve su discurso argumentado y falso, pues habituaba internarse en su biblioteca, dejando de salir a la ciudad; para luego presumir un viaje hacia otra ciudad.
El único que estaba al tanto del trivial secreto de simón, era yo; pero aun así, no me atrevía a decírselo, porque algunos días atrás hice un viaje hacia el sur, para visitar a un viejo amigo que por cierto era muy bueno escribiendo. Que se podía esperar de un hombre que paso toda su vida haciendo viajes y aventuras solitarias. Fue así que me quede corto de dinero, y simón, habituaba pagar siempre la cuenta.
Sin dar lugar a la soberbia, tenia que reconocer que simón, era un genio en geografía, filosofía y literatura, y algunos temas mas; sabía de memoria todo lo que le enseñaron en el colegio y lo que decía su libros, sin duda era todo un intelectual. Pero era raro verle todos los días en su biblioteca, tanto que una noche traté de mantenerme despierte en mi ventana, viendo cuantas veces parpadeaba y que libros leía.
Mientras brindábamos le sugerí hacer mas viajes, y le comente sobre las experiencias de mi querido amigo que vive en el sur, aunque no nació en ese sur, sino en el sur de otro país. Cuando estuve apunto de terminar mi discurso, simón interrumpió diciendo: “conozco muchos lugares, he leído mucho sobre Europa, África y otros lugares. Se mucho de sus culturas y su geografía; todo.”
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