Tira pallá, tira pacá.
Este era un sencillo juego que con mi hermana jugábamos cuándo eramos unos niños.
Parece increíble que existan cosas tan simples que te llenen de tanta alegría. Solo había que tomarse de las manos y salir saltando y cantando la frasecita esa.
Con el tiempo, y esto es lo que me parece mágico, este jueguito se heredó, y hasta el día de hoy y sin importar el lugar ni la verguenza de ser vistos, con mi sobrina, que ya es una joven universitaria, lo seguimos haciendo casi como un ritual.
Hasta hace solo un rato, que recibí un correo precisamente de ella, donde me preguntaba por nuestro juego secreto, no me había dado cuenta lo mucho que extraño aquella tierna simpleza, y el amor incondicional que los tuyos tienen hacia ti sin importar las circunstancias que te aflijan
En fin, uno de estos días me tomo un bus, viajo unas ocho horas, busco a mi sobrina, la tomo de las manos, y salgo saltando y cantando feliz...
M.A.
Con mucho amor para la Dany, la mejor de todas.
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