Sabe el hombre que sus dos manos no son plumas
Pero en los sueños se escapan por la ventana
Tras los débiles rayos de lunas lejanas
En busca de amores llanos como las brumas

Sabe el hombre sonreír durante la calma
Cuando lloran por esa pena abandonada
Junto al nido de una víbora encadenada
Cuando desbarata del cuerpo su esquiva alma

Si ellos comprendieran las palabras que expresan
Cuando un colmillo roba su respiración
Los hombres tercamente a esa cueva regresan

una lagrima ahogara la habitación
por tantas plegarias que dolores confiesan
Mientras deshojan las letras de esta canción