El universo se sucede a sí mismo
en su frecuencia manifiesta de existir.
No de morir.
La belleza subsiste
en el impacto que haga en la vida,
en su intensión pagana de sobrevivir a toda fatalidad brusca.
No hay muerte que en ella se exprese
y toque la vida,
¡qué tontos son quienes mueren en el arte!
Hombres, féminas, deidades
y perdidos tratan de sobresalir en el tiempo
sin estar vivos con la vida.
Sin saber que cada paso
es una incoherencia divina
de existir por existir,
de ser vida y no morir.
Texto agregado el 27-09-2006, y leído por 99
visitantes. (2 votos)