Su madre estaba preocupada por su hijo de 12 años, pues aunque nunca fue el ultimo de su clase, tampoco alcanzaba los primeros puestos. Y confidencialmente, ella sabia que su hijo adolecía de un defecto mental, no grave pero estaba ahí. Un día se presento a las faldas de su mama y le dijo orgullosamente que había logrado obtener un honroso y significativo cuarto puesto de su clase, aunque todos sabemos que en su clase solo hay nueve alumnos, a la madre le comenzó a nacer una esperanza por dentro. Para los que son padres, sabrán que esta ‘esperanza’ es mas profunda que un cuarto puesto y mucho mas significativa.
Llego el día de la clausura y el día de la premiación; ella sentada en quinta fila cuando toco el grado de su hijo. Raramente la madre se dio cuenta que habían premiado al primer lugar, habían premiado a dos personas en segundo y, habían premiado a cinco personas en el tercer lugar. Mentalmente sumo y…solo faltaba su hijo. “Queremos hacer mención honorífica al cuarto lugar…etc, etc, etc”, dijo el maestro. Cuando vio a su hijo en solitario, el único que faltaba de su clase, llegar y recibir su ‘significativo galardón’; entonces la madre no pudo contener el llanto enfrente de todos.
Como lo diría la cadena de televisión HBO: Sucede en el cine, sucede en la vida real.
O, como lo diría un Jim Carrey, en mi escrito publicado en este portal de reflexiones de un PAYAZO:
“muy buenos días, muy buenas tardes y muy buenas noches”
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