No me decidía qué ropa llevar. El tiempo era cálido, me puse una blusa y un short, luego me probé un vestido liviano, enseguida una polera suelta y pantalón, un sombrero ancho y sandalias. Nada me gustaba. Aunque mi guardarropas estaba bien abastecido no encontraba nada que ponerme, me contemplé en el espejo y tuve la solución. Saldría con mi mejor traje. Salí desnuda
Texto agregado el 24-01-2004, y leído por 162
visitantes. (1 voto)
Lectores Opinan
02-07-2004
está bien siempre cuando se trate de la desnudez del alma..podemos mostrar libremente nuestro cuerpo y no por ello, ir desnudos...profundiza más..besos perse
27-01-2004
bueno, pero adivine cómo terminaría. Cariños carolinaeme