Según como amanezca
las sonrisas llueven
suavemente sobre los labios
como trigales maduros
esperando reventar en pan
en la dulzura de tu boca.
El amor es la harina
que por la magia del movimiento
se hace vida en la cocina de tu cuerpo.
Esos son los días veloces,
voraces de besos y caricias
sedientos como los verdes
musgos de invierno.
Hay también amaneceres normales,
que detesto.
Texto agregado el 24-01-2004, y leído por 368
visitantes. (7 votos)
Elementos de la vida cotidiana quetraen la belleza y el amor, y el desamor. Los versos finales le dan un cierre perfecto y angustiante. Mis estrellas FaTaMoRgAnA
24-01-2004
Me ha gustado mucho, me parece un buen trabajo contemporáneo. Saludos (y por favor, sube de a poco tus trabajos para poder leerlos.) blanquita
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