A Natalia Olay

Yo que nada tengo
he colocado muchas caricias en el aire
de esta alta montaña,
y quebré el silencio
con la campana de mi templo
para que alcen vuelo
y lleguen a ti en el viento
de tu costa.

Quiero escribirte un verso en el agua,
una palabra exacta entre las olas
que te haga sonreír.
Y así,
cuando se eclipse el cielo
que se ciñe a tu mirada
puedas ir a ver el mar
y a sonreír.

Hoy no mires el tiempo,
déjalo pasar,
siéntate conmigo
por este momento
y entremos al instante
que nos abre sus brazos inmortales.
Dejemos un suspiro más duradero que
la ausencia.

Quiero ver tu sonrisa
hecha de suaves versos
en medio de tiempos nebulosos
para que se talle una luz en mis manos.
-Una luz que no deja morir-

Porque eres primavera,
-Belleza del tiempo-
dadora de luz
que vence mi noche.
Porque eres danza
que lleva mis palabras.

Jairo Rojas
Mérida, 22-09-2006