Peligroso encuentro.

Sabía que todos se equivocaban cuando aseveraban que su amor era imposible, que era otra de sus locuras, otro de sus caprichos. Él la amaba, estaba decidido a seducirla, conquistarla, a hacerla parte de él.

Hoy era la cita, se miró en el espejo, con una sonrisa aprobó su atuendo, se vio elegante, apuesto, muy guapo y listo para el encuentro. Abrió la ventana y salió en su búsqueda, por fin acabaría en ella, pensaba, mientras su cuerpo caía del décimo quinto piso.