Se hace preciso unirse
A esas bandadas que se escapan
De las garras del lúcido y del sabio,
En cimarrón intento.
Acaso el escaparse con la tarde
Entre sus pliegues,
encumbrarse
En único soplo hacia el ocaso
Gravidez de nubes negras.
Acaso perderse,
-Ya expurgado de toda duda, confusión o excusa -
En una bocanada blanquecina
Del cigarro eterno que Dios fuma
Ajeno, solitario y silente
En su propia penumbra.
Texto agregado el 22-09-2006, y leído por 139
visitantes. (1 voto)
Lectores Opinan
23-09-2006
No pude dejar de escaparme a leerte y encontrarte.***** kucho
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