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Inicio / Cuenteros Locales / LILI9 / YERBAS DE LA MONTAÑA

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En una mañana aparentemente común se levanta Freddy a las 5 a.m para ir a trabajar, al parecer a mamá se le pegaron las cobijas y duerme placidamente con una sonrisa en el rostro, él se acerca para arroparla, ayer fue un día duro para ella, sus manos aun se ven algo rojas de tanto lavar y planchar en las casaquintas del pueblo.
Apenas se oyen el canto de unos cuantos pajaritos tan madrugadores como el niño de 8 años que recoge hierbas para venderlas en la plaza el domingo con su tio Juan, debe trabajar muy fuerte esta semana porque él sabe que pronto llegara el mes donde todos los hijos le dan algun regalo a las mamas y el quiere comprale a la suya unas sandalias nuevas, las que tienen ya estan muy maltratadas, además hay unas canicas grandes que llegaron a la tienda de don Chucho y el quiere una también para poder jugar con los compañeros de la escuela; haciendo las cuentas necesita esta semana recoger un bulto de yerbas y unas tres libras de poleo, porque en epoca lluviosa la gripa se alborota y sube el precio de estas, al pensar en esto la aguapanela con pan saben mejor.
Hoy decidió ir un poco más lejos del camino hacia la montaña que llaman la Casa del Hermitaño, que a lo lejos se ve como una casa de verdad pero en verde-musgo, las yerbas estan un poco mojadas tiene un poco del rocio de la madrugada y mas en este bosque de niebla, lastima que las nubes grises anuncian que pronto vendra un aguacero, es por eso que Freddy detiene su labor y observa a su alrededor para notar que esta muy lejos de casa, asi que es necesario buscar algun tipo de refugio, solo entonces cae en cuenta que se encuentra muy cerca de la extraña montaña en forma de casa, que según dice la gente tiene una entrada, cosa que averigua Freddy que efectivamente es verdad y gracias a la cual puede soportar el embiste del aguacero que empieza a caer.
En el interior de la cueva hay una gran puerta de madera de cedro con una pesada aldaba a la altura de la cabeza del niño, que duda unos instantes, antes de decidirse a tocarla, pero el frío y la brisa provenientes de afuera lo llevan a desidirce por entrar, el chirrido de la puerta es acompañando casi al unísono con el grito de admiración del niño en la gran habitación resplandeciente, iluminada por el reflejo del oro, de la plata y de las esmeraldas; una y otra vez frota fuertemente sus ojos, para cerciorarse que no es una visión producto del cansancio, asi que para salir de dudas se acerca a tocar los preciosas objetos que brillan, jarrones, copas, coronas, espadas, joyas, figuras de animales y es justo una de estas la que llama la atención del infante, es una imponente culebra cascabel en posición de ataque con sus cascabeles en el aire de manera amenazante y como ojos tiene dos grandes
zafiros azules muy oscuros, además era del tamaño real de un especimen vivo, así que el niño estaba casi hipnotizado por el brillo de las dos piedras y asombrado por la similitud a una serpiente real, ya que cada escama del animal estaba cuidadosamente tallada en el plateado metal.
Al cabo tal vez de unos cuantos minutos posa sus ojos en un cofre de marfil con incrustaciones
lapislázuli, que le dan unos reflejos azules que obligan a Freddy a avalanzarce sobre el objeto de unos 40 cm de largo, 25 cm de alto,30 ancho; al abrirlo sus ojos parecen llenarse de lagrimas, tenia en sus manos justo lo que espera, asi que abraza fuertemente el admirado objeto, pero en ese instante es interrumpida su alegria por el ruido de un objeto metalico que se arrastra, un frio helado sube por su columna vertebral y siente como todos los pelos de su cuerpo se erizan, aguantando el aire por unos momentos voltea para ver el origen de ese escalofriante sonido, pero no tiene el suficiente valor para descubrirlo, el suelo empiza a moverse asi que corre hacia la puerta sosteniendo fuertemente entre sus manos el cofre y solo al cerrar la puerta se atreve a mirar comprobando que la serpiente de plata, ya no esta en su lugar; corre tan rapido como sus pequeños pies se lo permiten, oyendo detras de él un gran estruendo como de un derrumbe lo persigue, mete el cofre entre las hierbas y luego solo escucha un fuerte rayo.
Un vecino lo encuentra mojado y desmayado junto a la yerba que el niño habia recogido , al llegar a casa mamá lo regaña porque esta mojado de pies a cabezas, lo manda a secarse y cambiarse sin darle tiempo para explicaciones; un momento despues, ya en la cocina al lado del fogon de leña mamá lo espera con una taza caliente de espumosa leche y es entonces cuando lo abraza y lo besa, afortunadamente esta bien , asi que pacientemente escucha la aventura de su hijo.
Antes de acostarse y arropar a sus tres hijos, Amanda acaricia la cabeza del mayor, preguntandose como puede tener tanta imaginación, es cierto que la casa de la montaña por su extraña forma ha hecho que muchas habladurias e historias fantaciosas se inventen, pero Freddy no es así, pero bueno solo pudo darle un beso en la frente cuando terminó de contar su relato, que más que imaginación fue tal vez un sueño; todo esto meditaba mientras lavaba sus pies con agua tibia y compresas para bajar la inchazon de sus pies maltratados por tanto trabajo, cuando entro a su pieza pudo ver que un trapo cubria un rara caja que reposaba en su cama, al levantar el trapo ve un cofre azulosos que contiene en su interior unas hermosas sandalias justo a su medida.

Texto agregado el 21-09-2006, y leído por 127 visitantes. (1 voto)


Lectores Opinan
09-10-2006 Es una linda historia, que refleja una gran capacidad de tu parte...saludos.. Kurmos
 
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