Una Película
Me encuentro a tu lado,
congelado, estático,
enmudecido y atemorizado.
Y ahí estás tú, con tu sonrisa tibia,
con tus labios de fuego,
con tus soles gigantes,
pretendiendo estar concentrada mirando esa película que te vuelve loca,
que te sabes de memoria,
y yo aquí, a tu lado aún,
alimentando a mi mente en blanco
de alguna estrategia para acercarme a tus labios.
Mi cuerpo no responde.
de pronto me doy cuenta
que has caído entre tus sueños;
me pregunto si sueñas, o sólo piensas en qué minuto me acercaré a ti,
en qué minuto intentaré siquiera rozar mi mano derecha, con la tuya,
izquierda por supuesto,
en qué minuto me dejaré llevar por mis instintos enloquecidos por tu belleza,
tu sensualidad,
tu platicar,
tu manera única de hacerme reír.
De pronto despierto una mañana a tu lado, dándome cuenta que pasé la noche contigo.
Había minutos.
Estábamos solos.
Martes 23 de mayo de 2006
|