No es por las noches desnudas, ni por la gente a colores, o viejos en blanco y negro, los perros aún aúllan en mi oído, la ralea amarilla susurra en las copas vacías, no hay muñecas, no hay vestidos rosas, no hay cocinitas de juguete, ahora es mi aliento tendido en el suelo, con mis heridas flotando en el tiempo…

No es el smog, ni el parpadeo pícaro de un cigarro, no es la misma música etérea la que me abraza y me golpea, ni mis dibujos venéreos, cancerígenos, estos no se dan cuenta de que mis manos tiemblan. Y qué!, si tengo un tenedor en la muñeca, o si mis dedos acarician mi garganta, y mis ojos se enrojecen frente al inodoro…y qué si lloro o no, las letras no vuelan, el cielo está lejos, las putas sin mini falda seguirán siendo putas, una mujer sin bello sigue siendo mujer….una mocosa sin cintas seguirá siendo una mocosa podrida…

Y qué si soy necia, si no me moví cuando caí del segundo piso, y qué si deje la plastilina, los periódicos y a Pinocho.

Mi vida no rima, las costras no flotan en agua oxigenada, los “plásticos” no mueren, aún se retuercen en una cama, mirando las piernas abiertas del vino tierno y seco.

Y qué si las muñecas de trapo lloran después de cortarse los senos, si hacen castillos de arena o de cenizas, si abrazan en diciembre o en otoño, si dejan sus vestidos de encajes para jugar desnuda en un patio con basura y animales. Y qué si el negro desencaja con el amarillo de mis sueños, o si se me duermen los pies fácilmente.

La curiosidad no se rasca las palmas de las manos, no bosteza en medio de cadáveres, ni entre sábanas y espaldas, nadie se esconde en sus pestañas, y qué si le tengo miedo al teatro que esta debajo de mi cama?.

Y qué! Si alguien te dice “perra idiota”, a mi no me joden las rosas con escarcha, o los poetas con consonantes iguales, no me importa cuantas veces me laman el cuello o el vientre, ni la entrepierna mojada de una mujercita echada sobre mi poesía.

Y qué si tengo miedo a que me crezcan las alas, no fumo en la ventana, no escribo con lápiz, no me inspiran musas ni putas. Y qué! si no soy poetiza, ni aspirante a poemita, si no me gustan las florcitas o Bécquer bien maquilladito…

Y qué si soy patética, yo no le pongo corbata a mi poema para que desfile sobre una pasarela…no me importa si tu peinado pasó de moda por ser diferente o si las rosas necesitan de poetas, igual el alquimista de palabras seguirá mezclando hierbas, poesía en botellas y “belleza” a lo madona en casitas de madera…

Poetas…..bah!