O Carlos rey de la dulce Francia, o emperador del mundo, o noble Cesar
Tu tan grande como Dios, decides sobre los desdichados, que con solo escuchar tu vos te entregan el alma.
Tu que con la espada conquistaste la tierra toda, mírate ahora, que te acercas este campo de batalla, y encuentras a tu niño roldan, muerto.
si ese que nació entre tus brazos ha partido de este mundo, por que debe pasarle esto a los inocentes, por que el padre debe enterrar a su hijo.
Los sentimientos invaden el corazón de Carlos,
por un lado, la edad le incita a recostarse junto a su Roldan, pero por otro lado, la venganza invade su cuerpo , y el único deseo, es acabar con aquel miserable traidor.
Carlos toma la espada y ora al cielo
"mi señor, perdóname por lo que haré, pero juro por mi corona que no me ire de estas tierras hasta haber acabado con todos mis enemigos, y si tengo que acabar con cien mil para que este, mi niño tenga descanso, que así sea ,
que alabado sea tu nombre , amen".
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