ANTICUARIO II ©

En este sillón de pésimo gusto,
Nunca se sentó Luis XV
No se discutieron asuntos de dignidad real
-Ni de real dignidad-
No se expondrá nunca en célebres museos
de “mirar y no tocar”

Aquí una vez se sentó una vieja loca
Y le añadió tres pulgas,
Un perro marcó su territorio.
Un hombre le apagó un cigarro
Otro se detuvo a toser hasta el fin de los tiempos.
Alguien se sentó a hacer cuentas,
y ya no hubo detergente,
Ni poder humano
Que le desinfectara la tristeza.

En este sillón de horrible tapizado
No vio Hemingway los últimos trigales,
Pero se vio servido el trigo.

Ningún hombre célebre escribió allí sus memorias.
Un viejo vago se sentó a que nadie le escuchara.

Ni Luis XV en toda su gloria
Habría tenido el honor
-honor que hoy se me otorga, a mi, tullido y cojo-
De cabalgar en el excelso lomo
De ese burro viejo.