LO DEMÁS ES PURO CUENTO (La verdadera historia de Hansel y Gretel) ©
Pues lo cierto es que Hansel nunca fue más lúcido, que en el momento en que se arrastró a tientas a la alacena, y robó el último trozo de pan duro para guardarlo en la mochila como única arma y reliquia de esos días peores.
Con ese secreto susurrante de los niños, él se aleja. Descubre –Es cierto- una pizca de miedo en la frente tenebrosa de su hermana (y en la suya), y se apresta como el mejor, cual valiente Ulises, a decidir el viaje. Lo cierto es que nunca estuvo tan lúcido, como en el momento en que marcó el camino con las migas de pan, arrojadas en medio de un vientecillo traicionero: No dejó nada al azar, con la terquedad calculada de sus días de ajedrecista.
No es verdad –Miente la historia, me atrevo a decirlo- que en un primer intento definiera el camino con piedrecillas blancas como pequeños huevos secos… ¡Y es que, quien mejor que Hansel para saber de la inmovilidad torpe de la piedra! ¡Quién más que Hansel para saber de esa segura certeza que no le llevaría más que a una sosa vuelta al comienzo!
Sabía, pues, que podría jugar a alimentar esas bandadas que volarían al sur… siempre al sur…
Quien más que Hansel para saber que los caminos no se marcan en el suelo: Se dibujan en el cielo. Para aquellos que saben seguir el sueño, podrán, así sin mayores miedos o miramientos, seguir una bandada.
…Y cuando la malvada madrastra los abandonó en el bosque, no pudo menos que apretar la mano temblorosa de su hermana, esperando… los ojos fijos en la dolorosa línea del horizonte, más allá de sus ojos terriblemente negros. Migas de pan en el camino…
Con un estrépito de feliz anuncio, se oyeron los furiosos aleteos. Una sonrisa imperceptible se dibujó en su rostro…
Eran las bandadas que bajaban.
Lo demás,
Es puro cuento. |