Ella
No tiene manos que sepan desnudarse
Ni aletear con los dedos en la ropa.
Será por ello entonces,
Que oculto bajo la mesa,
La transfiguración irremediable
De mis ganas
Que miro a cualquier lado,
Y enciendo un cigarrillo, más seca la garganta
Ella no tiene manos que sepan desnudarse,
Ni descorchar a tientas
Ni sabe aún, qué le dejará la boca roja
el vino oscuro que preso en el vidrio
agita las caderas
Llegara el momento
De hacerle el amor a otra botella.
Texto agregado el 18-09-2006, y leído por 181
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