Le doy la mano a mi silencio en ese nudo ciego
Que se acomoda cada noche en la garganta.
Se juntan las manos, se cruzan los dedos.
Apretado cada noche con más fuerza
Con fuerza renovada
Carlomagno con su espada.
Ya está prevenido el nudo gordiano,
Hace falta más que ese solo tajo.
Texto agregado el 18-09-2006, y leído por 135
visitantes. (3 votos)
Lectores Opinan
20-09-2006
Dame respiro, L.¡¡¡¡ Llevo cuatro días sin leerte y me encuentro con tanto nuevo, y tan bueno todo¡¡¡***** kucho
18-09-2006
lo corto no lo hace malo...muchas veces ayuda.. **** trip_ska
18-09-2006
corto pero interesante, me gusto. ***** fabiangs
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