Mil potros espantados en el tejado,
en la garganta
cascos de río o de tormenta
en irremediable precipicio.
Rozando las voces de lo umbrío
rozando casi grito, desde el fondo de su pecho
voces de humo,
-y de humo la silla y el jinete-
desde el follaje
al fondo salvador del grito del silencio
para siempre desbocados
jinetes de rumbo desbocado
y desbocado también el verso,
De frente al abismo
irremediable
jinetes torpes los días
torpes desmañados
convencidos –sólo de eso convencidos-
que en lo oscuro,
algo esta a punto de mirarnos.
Como lo que se sabe desde antes:
desde la espesura del pecho
desde el fondo,
una voz en grito está a punto de mirarnos.
Texto agregado el 18-09-2006, y leído por 146
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