Ante los quejidos aumentaron su dosis mientras dormía, aunque él mismo ya la había reforzado al despertar; su cuerpo expiró por sobredosis...
Ana Cecilia.
Amor prohibido
Aquel beso perduró hasta el amanecer, después la enorme y delgada lengua de dos puntas se fundió con los labios en un mordisco placentero. El veneno de la serpiente aún navega por su sangre.
Ana Cecilia.
Texto agregado el 25-02-2003, y leído por 535
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Lectores Opinan
26-02-2003
mordiscosos saludos....ya eres la reina del relato corto como siempre superandote... Maite
26-02-2003
Cardenas prefiero un conso-lador, gracias, aparte del de mi-amor, un saludo, Ana Cecilia. AnaCecilia
26-02-2003
Intentó con un micro-fono... Quizás le ayude. SALUDOS CORDIALES. cardenas
26-02-2003
De nada corazón jajajja un beso, Ana Cecilia. AnaCecilia
26-02-2003
Gracias por la aclaración Ana. Disculpa por lo de la serpiente pero cuando yo leí aún tenía boa, de otra forma no lo habría comentado. Un abrazo. Gustavo gammboa