Amor mío:
Tal vez leas esta carta que nunca te enviaré o quizás ni siquiera la leas aunque llegue a tus manos, pero mis palabras volarán hacia tu corazón y allí anidarán hasta que decidas escucharlas.
No creo merecer semejante despedida, tal vez actué imprudente y aseguro no haberme dado cuenta, sabés que necesito entender y aquí y ahora hay algo que no entiendo.
El seis del corriente me escribías “siento que te estoy perdiendo”, y alimentaste más aún mis fantasías con palabras dulces en mi oído, y yo ingenua enamorada no advertí que el abandono corría pura y exclusivamente de tu parte, tal es así que hoy estoy hecha jirones por amarte con locura, no estoy cargando culpas sobre tus espaldas sólo estoy intentando continuar con mi camino.
Desde el vamos sabía que no tenía chances de alcanzar tu pensamiento, pero albergué la esperanza aquella noche cuando en tus brazos escritos querías ver crecer mi vientre preñado fruto del amor prohibido.
No puedes partirte en dos...nadie te lo ha pedido...no puedes darme cabida en tu corazón cuando gran parte de él ocupé por un tiempo, no voy a interferir en tu relación jamás fue mi intención lograr tu alejamiento, solo te amé y te amo y después de las promesas veo que sigo sosteniendo tu inconstancia tratando de buscar excusas para no ver la verdad.
Nada cambió en mí, nada quedó de vos...ni siquiera la amistad que juramos defender.
Besos yo