Las palabras rompen mi soledad, y vuelan
en el viento, y en el tiempo...

Vuelven siempre acompañadas,
de otras palabras que hablan
de silencios que a la lumbre,
me calientan soledades.

Algunas no dicen nada,
pero otras hablan y cantan,
y me cuentan tantas cosas
de su viaje en el viento,
que la palabra,
-y no es cuento-
encierra en su arcón secreto,
el misterio de "Los Cuentos",
cuando despliega sus alas,
y en mis sueños, transparente,
se vuelve, ella misma, un Cuento.




Azulada dice: También existe la otra cara de la palabra, su lado oscuro:

La palabra de los que no tienen voz,
palabras mudas, amordazadas.
Existe la palabra interior,
el silencio elocuente.

En esta Babel que vivimos las palabras ya no cantan, más bien berrean, chillan y matan. Y además se levantan con el pie cambiado, bostezan, apestan y engañan. Las palabras son sucia renta en pluma de escritores vendidos, charlatanes, mercaderes. Labia fácil en corazones arrugados. Las palabras son un arreglo, una composición inerte, un puzzle, maquillaje. Las palabras son confusas, no dicen lo que significan. Las palabras lloran, no tienen nadie que las escriba.

La palabra es esa gota de sangre hoy derramada injustamente. Hay palabras que quisiera que se las llevara el vendaval.
(Azulada)


Maravillas:

Y dejo como colofón y homenaje a la palabra este canto que me nace y me nacerá siempre, que compartí en un texto con Galiana , en un trabajo que figura en su biografía:



Lo llamo palabras...

Palabra que rompe el silencio pesado,
el silencio cómplice de la mentira.
Esa cobardía silenciosa...

Lo llamo también palabra,
palabra que desgarra la telaraña que teje el miedo,
para encerrar a la esperanza en el pozo de la ceguera,
despojándola de todo el lenguaje.

Y se llama palabras,
palabras que beben del manantial de la vida, del sol, de la tierra...

Palabras que deslizan su cabellera de savia y sabiduría.

Palabras que abrazan al hombre,
palabras que aman, que besan...
¡Palabras de paz!

Palabras que echan raíces en el alma,
palabras que no se las lleva el viento,
con la primera brisa de la tarde.

Palabras que sean eso, emisarios, labrantíos de sueños,
calor, color y alegría.

Palabras que ahuyenten los espíritus malignos.

Palabras que broten,
como hierba pensamientos
y que canten con el trinar de las aves.

¡Palabras!
Que nazcan siempre palabras, palabras de vida...
Palabras

Lo llamo palabras


¿Qué significan las palabras? –preguntó Alicia – Y el conejo le respondió: Eso depende de quien las dice.

Tus palabras, Azulada son un canto de dolor; son palabras claras, robustas que despierta la conciencia dormida de las palabras.