El policía siguió al malhechor hasta el patio de mi casa, el hombre acurrucado entre una mata de coco y el tanque de agua al fondo de nuestro patio parecía una bestia acorralada, el horror era evidente en sus ojos, el policía se le acercó y le dijo:
- no temas, sal con las manos donde pueda verlas –
No temas, a un hombre que acababa de violar a una anciana de 76 años, y este funcionario portador de justicia le dijo no temas, yo me acerque con cuidado desde atrás, susurrándole al agente que ese era el hombre que buscaba, que nosotros le habíamos visto huir de la escena del crimen, pero el estaba dispuesto a arrestarlo, así que le disparé, primero al policía, y luego al delincuente.
Si, dije- vi como el compinche de ese asesino le disparaba al agente.- lo dije con mi voz chillona y alta, y me dejaron ir, el agente se reponía de esa peligrosa herida de bala en la espalda, y en el comando policial dieron por cerrado mi caso, en el barrio era un héroe por haberle disparado a un policía, y en la policía un buen ciudadano por haber llevado a un funcionario a emergencias en medio de un fuerte operativo policial…
El violador no logró superarlo, o le dejaron morir en el hospital, solo Dios sabrá lo que en verdad ocurrió.
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