Lentamente, sin saber que habla, no nos quiere expresar nada, pero nos dice todo.
Danza con movimientos inverosímiles, y casi imperceptibles, tratando de llegar a su punto limite. Balancea su pesado cuerpo, a un ritmo dulce y placentero, para el, aunque capaz desacertado para nosotros. Crea un aire inestable donde se mezcla la fricción del movimiento, con el de la poderosa gravedad.
Deja su cabeza, girar lentamente, para un lado, para el otro, luego boca abajo, y solo muy pocas veces ni se mueve. Su cuerpo cae firme y al llegar al piso enseguida empieza a caminar, no queda en su lugar. Se quiere alejar para que no lo vuelven a tirar, y apenas lo rozan, hace una mirada triste, y para cuando se lo tiene en la mano, se vuelve a sentir placentero, balanceando lentamente su cabeza.
El clavo data de miles de años atrás, se utilizaba primero como armas de defensa. Por ejemplo se ha encontrado uno que remonta de los 400.000 años aproximadamente. Fijensen que el tiempo ha pasado, ¿qué utilizamos hoy para amarrar cuadros a las paredes? ¿para construir? para tantas cosas. En la antigüedad se utilizaban, maderas espinas, y otros elementos, aunque ahora son de diferentes metales, no cambiaron su función, la cual es básica. Sin clavos, ¿como viviríamos?
En que casa no hay un clavo o una mísera caja de herramientas donde pueda haber uno de ellos.
En estos momentos la sociedad, no se da cuenta del desarrollo que tienen los mismos. Reflejan totalmente, lo que ocurre.
Los clavos belletos o jemal, son aquellos que miden más de 20 cm y tienen una cabeza redondeada. Con estos nos referimos a las personas altas, que tienen un cráneo bastante voluminoso.
Las modelos también tienen su clavo; el calamon, o roseta, son con cabezas de adorno, y normalmente huecos. Los peones no se han quedado atrás y han desarrollado un clavo para ellos, los estaca o estaquilla. Que nos muestra como los pobres quedan ahí estancados, y firmes; no se mueven de la posición social que tienen. Gente baja, y bastante vemos en la sociedad, para ellos están los clavos tachuelas; corrtitos, y cabezones. El clavo de alta mosca, para los insoportables, y dan vuelta, alrededor de uno, y nunca se convencen. Los mas sucios de la ciudad tienen los clavos de cera o de gota se sebo. Son para aquellos que cuando pasan cerca matan con el olor, y los que continuamente preguntan ¿qué dijiste? ¿qué? ¡no te escucho!
Los clavos dan para todo. Nos muestran cada parte de la sociedad; sin obviar ninguna.
Nosotros lentamente, sin saber que hablamos, no nos queremos expresar, pero decimos todo.
Danzamos con movimientos inverosímiles, y casi imperceptibles, tratando de llegar a nuestro punto limite. Balanceamos nuestro pesado cuerpo, a un ritmo dulce y placentero, aunque capaz desacertado para nosotros. Creamos un aire inestable donde se mezcla la fricción del movimiento, con el de la poderosa gravedad.
Dejamos la cabeza, girar lentamente, para un lado, para el otro, luego boca abajo, y solo muy pocas veces ni nos movemos. Nuestro cuerpo cae firme y al llegar al piso enseguida empieza a caminar, no queda en su lugar. Nos queremos alejar para que no nos vuelvas a tirar, y apenas nos rozan, hacemos una mirada triste, y para cuando ya nos tienen en sus manos, nos volvemos a sentir placenteros, balanceandonos lentamente.