|  Eclipsado en este cuarto
 carente de toda vida.
 Y la agonía de mi cuerpo
 por la decrepitud temprana
 que ejerce en ella.
 
 Soy un ser abiótico
 sentado en una vieja banca
 que le brotaron raíces.
 
 Miro las paredes inmutables
 en busca de algo nuevo.
 
 Me siento inerte,
 porque mi cerebro descansa
 en medio del estiércol.
 
 Puedo perecer
 en ésta inhóspita selva capsulada.
 
 Vivo mil ficciones, y en ellas,
 reencarno, tantas veces como muero.
 
 Mi realidad es tan ideal
 como la percepción de los demás
 
 Jenuflexo de las pasiones
 que en mi mente construyo.
 
 Inmóvil y paguro,
 por mi realidad impredecible.
 
 Sigo sentado en esta vieja banca,
 contagiándole,
 la marchites de mi cuerpo.
 
 La grimés sosiega,
 porque mi sentimiento refleja
 el tiempo nublado y frío;
 de escasa compañía.
 
 
 Mi visión, traspasa las paredes,
 Y sólo encuentra,
 soledad obscura, en las profundidades
 que  mi mente imagina.
 
 El pavor de mirar bajo mi cama,
 y sólo encontrar la curvatura
 que dejo en ella.
 
 A tras luz de mi ventana,
 refleja el éter,
 estrellado en noches de lluvia fría.
 
 Atribulado por mis sueños,
 estupros,
 donde despierto gimiendo y llorando.
 
 Mi corazón se arranca,
 Invocando
 La cordura abandonada
 
 Evoca a mi mente, eternos fullones
 atrofian mis oídos
 por el griterío impasible.
 
 De seguro en esta habitación,
 alguna vez perecieron,
 inocentes como culpables.
 
 Creo ser culpable,
 por ello  mi cuerpo involuciona
 como un corcho viejo.
 
 Sigo inmóvil en esta vieja banca,
 demudado,
 por la soledad que influye en ella.
 
 
 ...de "Manifiesto Poético"
 
 
 Setiembre, 2006
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