Amor, buenos días.
Quiero pedirte un enorme favor, ya que como y cuando llegué no quise despertarte... y en esta madrugada me levanté para escribirte estas letras, hago un paréntesis para explicarme; ¿sabes? soñé contigo y (quiero pensar que fue un sueño y no una maldita premonición) en ese sueño era la vez última que me besabas, pero algo sabía ya diferente, sin saber como, supe lo que se avecinaba, me dijiste en el sueño que necesitabas un poco de tiempo para pensarte mejor las cosas, que había alguien más por quien estabas con interés reciente, y un espacio sería lo mejor para ambos, además de que habías notado recientemente, lo distintos que somos el uno del otro.
A lo que iba, quiero suplicarte que de favor me hagas esto, levántame, despiértame antes de que te vayas acaso por última vez, porque he caído en un sueño que parece la travesura de Morfeus y ya quiero despertar, quiero que al besarte me sepa a lo de siempre, a esas ganas que alguna vez tuviste de mis labios, a esos cálidos y pequeños besos tuyos, esos deliciosos labios que en un solo beso tu sabes dar, quiero poder abrazarte fuerte, y mientras te miro dormir tranquilamente a mi lado, me pregunto si sea esta la ultima noche que te oiga roncar, dar de vueltas en la cama que hemos compartido y de pronto despertar asustado absurdamente, porque me has abrazado de pronto...
Seguramente seguiré durmiendo cuando te levantes y ni cuenta me de que te has marchado ya, así pasa cuando a alguno se le escapa el sueño y lo atrapa el otro, pero siempre, o casi siempre me ha pegado el insomnio a mí, ese que me permite admirarte calladamente en esas noches que a tu lado no concilio el sueño, y me dedico a mirarte dormir plácidamente.
Una cosa más, acaso cobarde de parte mía sea, pero si hay algo de verdad en ese sueño y en todo esto, no me despiertes. Toma esta carta y desaparécela, tírala o guárdala, para que cuando despierte por la mañana no la encuentre sobre la almohada, ocupando tu lugar; así al no verla y no verte, pensaré que no estuviste nunca en mi vida y no hubo despedida ni tristeza alguna, para que no deba llorar con tu partida, será lo mejor y así esos lindos recuerdo que guardo tuyos quedarán grabados como un dulce sueño a tu lado.
Si para por la mañana ya no te encuentro ni me has despertado para desmentirme y tontearme por ser tan irracional, sabré que hiciste realidad muchos de mis sueños a tu lado, y al dormir de nuevo en soledad, no esperaré tu vuelta y que con ella me des el beso de las buenas noches, pero tendré cosas buenas por recordar, es por eso que te suplico que si no me amas ya, me dejes despertar por cuenta propia, con un buen sabor de boca y una sonrisa en los labios, no con llanto amargo corriendo por mis mejillas y mojando mi almohada, porque aunque parezca cobarde de mi parte, prefiero disfrutar un sueño acompañado, que llorar una solitaria pesadilla. Gracias amor por los buenos momentos, tú sabrás si volvemos a vernos, si me despiertas o me permites seguir soñando.
P.D. Siempre he creído en las confrontaciones como algo saludable, pero si te escribo todo esto, es porque no quiero que me vuelvas a ver llorar, es todo. |