Vi tu rostro
radiante entre las nubes,
un corazón a pecho limpio
y tenso el lazo que nos une.

Luego, todo y nada.
A una luz oscura
se tornó el brillo de tu mirada.

Tus labios al aire
buscando una palabra,
una palabra jamás encontrada.

Tu voz extenuada
de una verdad no dicha
o de una mentira jurada.

Al terminar,
una conversación abierta
y una duda sembrada.

Y yo;
emitiendo un grito
con mi voz callada,
solo, sin decirte nada,
mi mirada gris
por la duda empañada,
me quedo distante
de tu luz, apagada.


ECAM