El tiempo no se arruga
como las ancianas con moños
y canas,
el tiempo no se tropieza con líneas
marcadas en la cara.

Las cortinas se ocultan de
las ventanas,
cierran los ojos cuando
amanece,
y los vidrios empañados
empiezan a hacerse papel
cuando ven que se me cae el pelo.

A esta edad,
el pavimento se retuerce
cuando los gigantes
juegan con trompos
y con los años.

Cuando se es vieja
las almohadas sobreviven con
el llanto,
la anestesia del recuerdo
sabe a cigarro,
entonces las machas rancias preguntan:
dónde están los ositos de peluche?
dónde están los pañuelos que huelen a flores?
-nunca existieron-
pues…el mundo cambia
con el tiempo,
con mis caderas,
con mis arrugas…

La gravedad se cae al suelo,
sin bastones,
ni dentaduras incompletas,
me rasguño la cara,
me saco el pico,
corto mis pesadillas
…y los árboles crecen con caras de ancianos…
(y así no quieren que envejezca rápido)

Ya no puedo ver mis lunares desteñidos
pues me resigné al hecho de jamás llegar a ser adulta,
….porque ya estoy vieja para eso…