Vienes a verme. Lo sé porque te veo llegar. Y sólo por mí vendrías tan lejos. Me hace feliz, el verte. Tú. Recordar los momentos en que estuve contigo. Es lo que hago siempre, recordar. Recuerdo que te quise. Sé que aún te quiero.
Creo que te gustaría verme feliz, a pesar de todo. Quisieras que pudiéramos estar juntos otra vez. Que yo aprendiera de tí y tú de mí, no importa qué. Extrañas lo que compartíamos. Al menos eso creo, porque es lo que yo siento.
He querido verte desde hace tiempo. Estoy bien, vivo en un lugar tranquilo. Pero me duele estar sin ti. Por eso me gusta que vengas. Sé que no entiendo de muchas cosas pero lo que entendí del mundo lo entendí gracias a tí. Por eso cuando dijiste que estaba loco no lo dudé. Y esperabas que no fuera cierto. Gracias por eso, aunque nunca haya sido así.
No es fácil estar aquí, a veces me da miedo y no soporto las noches. Pero cuando te acerques me verás sereno, confiado. Tal vez no sepas qué decir porque creerás que estoy mal y estoy fingiendo, pero te mostraré lo contrario. Te hablaré de los amaneceres que he visto, de las noches sin luna llenas de estrellas, del canto de las aves y cuánto me gustan esas cosas; de cómo me hace feliz ver que eres fuerte. Te recordaré que eres joven y que tienes el coraje para llegar a donde tú quieras. Y te pediré que tengas fé, por tu bien y el de los tuyos.
Nunca sabrás cuánto odio este lugar, cuánto quisiera escaparme y regresar contigo. Pero asi es mejor para nosotros.
Te preguntaré a que te dedicas ahora, después de tanto tiempo; te aconsejaré en lo que que te ha salido mal. Después te pediré que me acompañes. Seguramente irá con nosotros alguien más pero no importa. Saldremos al jardín, miraré al cielo y te diré que es hermoso, porque lo es. Te llevaré a ver las flores, a caminar al pasto húmedo. Cortaremos una ramita de cedro y te la daré para que con su aroma te acuerdes de mí.
Podré ver tu rostro muchas veces, tus ojos. Eso y todo lo que me digas lo guardaré en mi corazón, porque sé que tal vez no vuelva a verte.
Lo haré cuando te acerques, porque sé que así te gustaría encontrarme. Es lo que esperas de mí.
Venías a verme. Lo sé porque te ví llegar. Y sólo por mí vendrías tan lejos. Pero te detienes, dudas. Te vas. Lo comprendo, nunca te gustaron los manicomios.
Está bien, yo no te pido nada, ya significas mucho para mí. |