Esta noche, veremos a Dios

Ese fino horizonte que llega a la gloria
Rodeado del musgo tibio
Que has tejido en tu monte de Venus.
Espera con hambre mi invitación

Ese rincón tuyo, que escondes bajo tus nombres
Y que solo a mis dedos dejaras entrar.
Te preparas para sentir mi cuerpo
Algo torpe pero decidido a pelear

Ese fuego que creas al derretirse
Nuestros cuerpos llenos de contraste
Pero que bajo las sabanas blancas
Se fusionan y golpean con el roce y el desgaste

Ese camino por muchos prohibidos Por tontos y píos
Se eleva contra el cielo y se oculta en la Zona, tu zona húmeda.
Te ofreces generosa, vestida y cubierta sola con la luz
Con el vaivén del oleaje, me empapas y yo te salvo
Aunque aquí el aire, parece no importar
Ese gemir tuyo que se arranca del estomago
Y que con mis besos debo ahogar
Ese quejido que se desliza como gota de roció
Por nuestros labios
Y que al calor de las caricias se evapora.
Ese mismo, esta noche quiero robar

Me masturba el recuerdo de tu desnudes
Al ver tu espalda apoyada en mi pantanal
Aquí el dolor nace en un suspiro
Mas al minuto desaparece con tu ulular

Te muestras dadivosa, con tus senos al desnudo
Dejas que mis dedos te dibujen una sombra en la oscuridad
Mientras juegas con mi deseo carnal
Como un gato en el callejón
Me besas los dedos para amarte una vez más

Al ritmo de nuestros deseos
Te derrito y me derrites
No hay posición de maestro o esclavo
Si nuestras manos son nuestras cadenas
De Cadenas de carne y ardor
Ya nuestros cuerpos son ideales.
Al explotar dentro de ti…
Me sonríes y desafías:
¿Cuantos cuadros pintaremos esta noche?

Esta noche no me hagas el amor
Esta bien, Solo lo sentiremos
Cuando volvamos a ver a Dios