Y era la penumbra de la noche, y ella se confiaba: "8 horas como una esclava", distraida, pensativa, "hasta que no salga de este edificio, soy un engrane mas en esta maquina", tomando el elevador, incluso ya era una rutina.
Ya afuera, los faroles resaltaban su ahora demacrada belleza, muchas noches en vela, "y mucha cafeina". Era una mujer segura de si misma, fuerte en su caracter, y sus jefes la respetaban, y ahora, eso no le valia de nada, algo andaba mal, sus calmos sentidos se lo decian, pues ya no eran calmos, y su mano no paraba de temblar.
"Ya no eres una niña, maldita sea", se murmuraba a si misma, convenciendose que su temor no tenia fundamento, que mejor fundamento que la perversion humana, ella lo sabia, bastaba para hacerla acelerar el paso.
Sentia que la oscuridad se le pegaba tanto que podia sentirla transpirar, donde estaba su temple, ella no sabia, pues se forzaba a si misma a mirar alrededor, la mataba la incertidumbre, aun mas, no sabia si era paranoia, pero contaba mas pasos de los que daba.
Sintio confirmado su temor, aun sin ver nada, no caminaba ,ahora corria; aun asi una mano le alcanzo el hombro, y se le disparo la adrenalina.

Los gritos de su afonica garganta resonaban fuertemente mientras, despavorida, huia y lloraba por socorro.
Solo un grito mas en una ciudad sorda.
Ya es de mañana, todo sigue igual, aun asi, sigue faltando un "engrane" mas